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Por Aby Athman
Este domingo 28 de agosto en Santander, Cantabria por el Sáhara organizó un más que merecido homenaje a la que fue presidenta de la asociación. El homenaje se hizo, a propósito, coincidiendo con el encuentro de despedida de los niños de vacaciones en paz ya que era uno de los eventos que más le gustaba a Maite, afirmó Vanesa Revuelta Campos, miembro de Cantabria por el Sáhara. El evento, que contó con cuentacuentos, actividades y juegos dinamizados por la Asociación Cultural Octubre y las actuaciones musicales de Jarcia Suciu y Jhetró Legrand, fue, sobre todo, un emotivo recuerdo a Maite de todo el entorno y la familia de la activista, donde se repasó su trayectoria, una trayectoria que con Cantabria por el Sáhara había empezado de la mano de Interpueblos y el Comité de Solidaridad con los Pueblos, organizaciones cántabras y hermanas que defienden a pueblos hermanos, Sáhara y Palestina.
El momento del recuerdo fue moderado por Carmen García, miembro de Cantabria por el Sáhara, que con el micrófono en mano nos pedía a los presentes acercarnos, ahí se paró el jolgorio de los niños que corretaban por el parque de La Cantábrica en El Astillero, niños que se adelantaban esquivando a sus mayores y familias para sentarse delante de quienes estábamos firmes, de pie, en el silencio para escuchar las palabras de familiares, amigos y compañeros, entre lágrimas de toda la familia que formamos el entorno de Maite, que compartimos su lucha, sus ideales y su entusiasmo con una solidaridad internacionalista cargada de un mensaje de paz y compromiso con la libertad de todas las personas y pueblos oprimidos.
Maite, una de las fundadoras de Cantabria por el Sáhara, era la defensora de todas las causas en una, y los que la conocíamos no era por verla en las Redes Sociales, sino en la calle, al pie del cañón. Como destacaba Hassana Alia: “la conocí en el Sáhara, estaba con nosotros recibiendo los golpes que recibíamos en el Aaiun ocupado”. También estaba en los movimientos sociales de la calle, con los indignados, con las mareas en las que marchó por Madrid con su bandera de “Sáhara Libre” en Las Marchas de la Dignidad, o recientemente apoyando a los refugiados.
Gabriel Herrería vicepresidente de Cantabria por el Sáhara destacó que “siempre estaba dispuesta a la lucha por aquello que consideraba justo. Ese es su legado. Hoy es un día para el recuerdo, pero no para la tristeza. Hoy es un día para reafirmarnos en nuestro compromiso con la causa del Pueblo Saharaui.”
Finalmente y tras la intervención del hijo de Maite, se procedía a leer un poema de la propia Maite, que Luis, su marido, había recuperado. Merche Del Campo, su compañera de militancia en Izquierda Unida, con la voz entrecortada y visiblemente emocionada leía dicho poema que, refleja bien quien era Maite que aunque ya no está entre nosotros seguirá siendo de su gente.
Son mis gentes
Los que van sacando, el alma de los surcos…
Son mis gentes.
Las que van sacando, del pico del arado la barra de pan blanco.
Las que van sacando, del cuerpo del majuelo la sangre de los mostos…
Son mis gentes.
Las que quieren bailar en el centro de la plaza y no encuentran dulzainero.
Las que gritan por los campos, siguiendo los caminos pidiendo la justicia…
Son mis gentes.
Las que dieron su sangre por la España toda olvidándose del carro
Las que perdieron todo y nada tienen por haber amado tanto.
Son mis gentes.
Las que sangrando están debajo el adobe sepultando su nombre castellano.
Las que piden justicia y son acalladas con promesas y silencios, silencios y engaños.
Son mis gentes, mis gentes.
Las que dieron su sangre por la España toda olvidándose del carro.
Las que perdieron todo y nada tienen por haber amado tanto
Las que mueren por las carnes de Castilla sin ser espigas blancas
Son mis gentes.