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Un joven de 18 años en grave estado y más de cien heridos el mismo día que Borrell y Marlaska estrechaban relaciones en Rabat
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El ministro de Exteriores transmitió una falsa impresión de neutralidad española
AL. CONTRAMUTIS .- El 28 de julio, en El Aaiún, capital del Sáhara Occidental, la población saharaui -incluidos niños, ancianos y mujeres- era duramente reprimida por la policía marroquí, causando heridas graves a un joven de 18 años, más de un centenar de heridos y detenciones, mientras en Rabat los ministros de Asuntos Exteriores y del Interior de España y Marruecos estrechaban lazos para continuar la “excelente” relación entre los dos países.
Aunque el motivo oficial del viaje de los titulares de Exteriores, Josep Borrell, e Interior, Fernando Grande-Marlaska, a Marruecos fue el problema migratorio, debido a la incesante llegada de pateras desde territorio marroquí a las costas españolas, ante los periodistas españoles salió el Sáhara Occidental, invadido hacer más de 42 años por Marruecos tas el abandono de España.
El ministro Borrell dijo que se trataba de continuar el mismo camino trazado por anteriores Gobiernos: “Este es un tema de Estado en el que la política del Gobierno sigue siendo la misma. El Gobierno español defiende la centralidad del papel de las Naciones Unidas en este tema y espera y desea que se encuentre una solución política apoyando el trabajo que hace el secretario general de las Naciones Unidas”.
Precisamente, ese mismo día llegó a El Aaiún el enviado especial de las Naciones Unidas, Horst Köhle, para visitar, también, las ciudades saharauis de Smara y Dajla, después de haber estado en Argelia y en los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf, donde se reunió con el presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) y secretario general del Frente Polisario, Brahim Gali.
En El Aaiún, con un fuerte bloqueo policial desde hacía días, intensificado a primeras horas del 28 de junio, con cierre de cafeterías y paralización de autobuses para impedir le llegada al centro, la población saharaui salió a la calle contra la ocupación marroquí con banderas del Frente Polisario, el movimiento de liberación saharaui.
La brutal represión de la policía marroquí, según fuentes periodísticas saharauis, ocasionó más de un centenar de heridos, entre ellos el Premio Rafto de los Derechos Humanos Noruegos Mohamed Dadach.
En el barrio de Nadi Lahma, un coche todo terreno de la policía paso por encima del joven saharaui Ayoube Elghan, de 18 años, que resultó con heridas muy graves; en el barrio de El Auda las periodistas saharauis Zahara Essin y Khadi Essin fueron detenidos, junto con otro joven que intentó evitar la detención, cuando grababan las manifestaciones. Las casas de los activistas Ali Saadouni, Roukia El Hawasi, Hassana Douihi y la de la familia de Sidi Mohamed Alouat fueron rodeadas y la madre y hermana de este último sufrieron ataques.
El día 29, mientras el enviado de la Naciones Unidas visitaba la ciudad de Smara, la policía marroquí cargó violentamente contra los manifestantes saharauis, causando un numero indeterminado de heridos y realizando detenciones.
El Gobierno de Pedro Sánchez, en esta ocasión de la mano de los ministros de Exteriores e Interior, actuó como el de Mariano Rajoy: silencio sobre lo que ocurre en el Sáhara Occidental, aunque España sea de iure la potencia administradora del territorio, como señaló el auto 40/2014 de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, presidida hasta hace poco por Fernando Grande-Marlaska, ahora ministro del Interior.
El ministro Josep Borrell, al resaltar en su declaración “la centralidad del papel” de la ONU en el conflicto del Sáhara Occidental, transmitió una falsa impresión de neutralidad española, tal y como escribió el periodista Ignacio Cembrero en El Confidencial, señalando que “los abogados del Estado han trabajado codo con codo, con la Comisión Europea y Francia, para que el Tribunal de Justicia de la UE desoyera a los letrados del Frente Polisario. Las dos recientes sentencias del tribunal han sido, sin embargo, perjudiciales para los intereses de Rabat”.
Ante la represión que está sufriendo el pueblo saharaui, la Coordinadora Estatal de Asociaciones solidarias con el Sáhara (CEAS-Sáhara) habla de “ojos ciegos y oídos sordos” y denuncia “la escalofriante indiferenciadel nuevo Gobierno del Estado Español, que en calidad de Potencia Administradora mantiene sus responsabilidades intactas en relación a la protección de la población civil que está siendo masacrada vilmente por parte de las autoridades de ocupación”.
CEAS-Sahara pide a España que, como miembro del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, denuncie esta grave y persistente situación de violación de los derechos humanos y solicite una protección específica para la población civil saharaui mientras la MINURSO -Misión de las Naciones Unidas presente en el territorio-, no asuma la protección y promoción de los derechos humanos.
“Exigimos a la Comunidad internacional, y en especial a la Unión Europea, que asuma sus responsabilidades y ejerza toda su influencia sobre el Reino de Marruecos para frenar la barbarie y poner fin a la ocupación ilegal del territorio”, señala CEAS-Sáhara.