Argel – El reciente apoyo de Francia al plan de autonomía propuesto por Marruecos para el Sáhara Occidental ha sido calificado como «una violación flagrante de la legalidad internacional» por asociaciones españolas y británicas de apoyo al pueblo saharaui. Estas organizaciones advierten que tal respaldo socava los esfuerzos de la ONU para organizar un referéndum de autodeterminación en la región.
El presidente del movimiento español de solidaridad con el pueblo saharaui, Carmelo Ramírez, ha denunciado la postura francesa, señalando que esta representa un «atentado a los legítimos derechos del pueblo saharaui a la independencia y libertad». Desde 1973, el derecho a la autodeterminación del Sáhara Occidental ha sido reconocido internacionalmente, pero Francia, según Ramírez, ha mantenido una política de apoyo político y militar a Marruecos, facilitando la ocupación del territorio.
Ramírez destaca que, desde la ruptura del alto el fuego por Marruecos en noviembre de 2020, Francia ha continuado respaldando las acciones marroquíes, exacerbando la situación en la región. Este apoyo al plan de autonomía no solo complica el panorama en el norte de África, sino que también podría desestabilizar el Sahel, incrementando las tensiones e inestabilidad en una región ya frágil.
Además, Ramírez subraya que el conflicto del Sáhara Occidental es, ante todo, una cuestión de descolonización, según lo estipulado por las resoluciones de la ONU. El respaldo francés al plan de autonomía cuestiona su papel como miembro del Consejo de Seguridad de la ONU y su compromiso con las normativas internacionales que reconocen el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación.
Por su parte, Danielle Smith, presidenta de la asociación británica «SandBlast», también criticó la postura de Francia. Smith afirmó que esta decisión «socava» los esfuerzos de la ONU para organizar un referéndum de autodeterminación, un proceso que ha costado más de 500 millones de dólares. Según Smith, el apoyo francés no es sorprendente dado su historial de obstaculizar el ejercicio del derecho de autodeterminación por parte del pueblo saharaui, señalando un doble rasero en la política de derechos humanos de las grandes potencias occidentales.
Smith lamentó que, una vez más, esta decisión priva a los saharauis de su derecho a decidir su futuro. Subrayó que la postura de Francia es «consistente» con su posición histórica «negativa» respecto al proceso de descolonización del Sáhara Occidental, lo que, según ella, revela un patrón de hipocresía en las políticas internacionales de los estados poderosos.
La posición de Francia respecto al plan de autonomía marroquí para el Sáhara Occidental ha sido duramente criticada por organizaciones de solidaridad con el pueblo saharaui. Estos grupos argumentan que el apoyo francés viola la legalidad internacional y socava los esfuerzos de descolonización promovidos por la ONU. Además, advierten que esta postura podría desestabilizar aún más una región ya frágil, incrementando las tensiones y la inseguridad. Las críticas destacan la necesidad de una postura más coherente y justa por parte de las potencias occidentales en cuestiones de autodeterminación y derechos humanos.