Fuente e imagen: Adala UK / Voz del Sahara Occidental en Argentina
Ante un trasfondo general de restricciones a la libertad de expresión y de organización política, las autoridades marroquíes han cargado últimamente contra figuras del activismo y periodismo políticos por criticar los abusos cometidos por Marruecos en las zonas ocupadas del Sáhara Occidental.
El Servicio de Inteligencia y la Seguridad Nacional Marroquí han seguido deteniendo y secuestrando arbitrariamente a activistas políticos y periodistas, en fechas recientes.
El pasado 25 de octubre, las autoridades marroquíes secuestraron públicamente a Mohamed Kharr, periodista de “Equipe Media”, al bloguero Khalid Rauhani y a cuatro activistas: Nordin Largobi, Hamza El Filali, Ali Saadouni y Asaidi Mrabih, quienes pertenecen a una ONG saharaui con sede en la capital del Sáhara Occidental; todos ellos fueron secuestrado por agentes de la policía marroquí uniformados y vestidos de civil, a bordo de dos coches, en la cafetería de “Marwa” en la avenida principal de Smara en el centro de la capital saharaui.
“Estuvimos en la cafetería de Marwa tomando algo como siempre, de repente entraron agentes de la policía marroquí, nos ordenaron a cada uno no movernos y permanecer sentados; fueron hacia a 5 personas y les metieron en dos coches uno policial y otro civil y les llevaron” cuenta un testigo a miembros de Adala UK.
Adala UK ha documentado casos adicionales de detención de activistas y periodistas a causa de sus opiniones o presuntas opiniones políticas; algunos de ellos llevan detenidos más de 4 meses, como en el caso de Mahmoud Lhaisane, corresponsal de la local televisión saharaui “RASD-TV”.
Estas detenciones y secuestros de activistas y periodistas políticos forman parte de una crisis de derechos humanos más amplia por parte de las autoridades marroquíes en los territorios ocupados del Sáhara Occidental, donde el espacio para la libertad de expresión, asociación y reunión se ha restringido severamente y los activistas políticos saharauis que disienten son censurados con una fuerza brutal.
El Servicio de Inteligencia y la Seguridad Nacional Marroquí tienen antecedentes de detener arbitrariamente y torturar a activistas, periodistas saharauis políticos y de derechos humanos con total impunidad en los territorios ocupados del Sáhara Occidental, y esta práctica debe cesar. Marruecos ha ratificado el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, tratado que prohíbe la tortura y el secuestro, y ya es hora de que demuestre que esos compromisos son algo más que una rúbrica en un papel.