Fuente y foto: El Sáhara de los Olvidados / Elisa Pavón / Activistas de Resistencia Saharaui en los territorios ocupados
El grupo del Gdeim Izik que cumple condena en la cárcel marroquí de Sale 2, cerca de Rabat, lo conforman 22 presos. El más joven tiene 25 años y el mayor, 62. Entre todos, suman 17 hijos, niños y niñas que han quedado sin poder disfrutar de sus padres y éstos que no podrán criar a sus hijos, todo por una injusticia contra la que las familias no escatiman en esfuerzos para luchar. Llora lágrimas de impotencia la madre de Mohamed Bourial, Hadhum Laarosi, mientras mira con ternura a sus nietos Osama y Saif, a quienes cuida inmersa en un ambiente de indefensión y sufrimiento, a sabiendas de que su hijo tiene por delante una condena de 30 años. Ella, además, es madre adoptiva de su sobrino, otro preso del grupo Gdeim Izik, Mohamed Embarek Lafkir “Franco, cuya madre falleció cuando era pequeño y creció al amparo de su tía.
Mohamed Embarek Lafkir “Franco” fue uno de los fundadores del Campamento Gdeim Izik y fue condenado a 25 años por ello. Fue detenido el 12 de noviembre de 2010 e ingresó en la Cárcel Negra de El Aaiún, donde permaneció 7 meses hasta que fue temporalmente liberado. Poco después, la policía marroquí le detuvo y le trasladó sin paliativos a la prisión de Sale, acusado, como los demás, de crímenes inconcebibles. “Franco” defiende su inocencia y sostiene que su condena está vinculada a su participación en un foro en Argelia, donde concedió una entrevista y afirmó ante varios medios de comunicación que se iba a desarrollar una gran protesta en los territorios ocupados.
Durante su testimonio en el juicio ante el Tribunal Militar de Rabat, explicó que él era un antiguo desaparecido, tras haber permanecido encerrado en un centro de detención clandestino en El Aaiún todo el año 1994. Denunció torturas, explicando los procedimientos empleados por la policía marroquí durante el interrogatorio, donde aseguró que le arrancaron las uñas de los pies, la barba y fue sometido a trato vejatorio, con los ojos vendados, desnudo y esposado, mientras orinaban sobre su cuerpo. Hoy en día, a consecuencia de esas torturas, Mohamed Embarek Lafkir padece severos problemas de salud, principalmente una evidente cojera producida por la rotura de los ligamentos de su rodilla, así como insuficiencia renal, que le produce cólicos y hemorragias con frecuencia.
En el vídeo, su tía Hadhum Laarosi explica cómo duele no poder ayudar, pensarles durmiendo sobre el suelo de la cárcel, con la humedad y el frío agudizando sus lesiones. Y se derrumba cuando mira a sus nietos portando las fotografías de su padre y de su tío Franco.
Piensa entonces en su hijo y cuenta cuánta ayuda necesitan las familias y los propios presos.
Mohamed Bourial fue miembro del Comité de Diálogo. Su testimonio fue el último en el juicio militar. Confirmó haber estado presente en negociaciones que estaban dirigidas por quien definió como “un delegado de órganos supremos marroquíes”, Ilias El Omar, -hecho que también aseveró el preso El Houssein Azaoui-. Fue severo en su denuncia de torturas y preguntó abiertamente a la Corte por qué no se investigó la muerte del joven Najem Lgarhi, de 14 años, que falleció atropellado por un vehículo policial días antes del desmantelamiento. Explicó el dispositivo policial que levantó un muro blindado alrededor del Campamento, donde Mohamed Burial se encontraba con toda su familia.
Detenido aquel fatídico 8 de noviembre de 2010, fue trasladado al Cuartel General del Ejército en El Aaiún, donde desnudo y esposado, denuncia que sufrió palizas con un cable de acero cuyas secuelas son visibles en su cuerpo. Tras más de dos años en la prisión de Sale 1, luego en la 2, fue condenado a 30 años de prisión.
Su madre, Hadhum Laarosi, hace un llamamiento en este vídeo a la solidaridad, a la implicación en la difusión de la información para poder ejercer una presión mayor respecto a la reconsideración de las condenas y al mantenimiento de la esperanza de su liberación.
Vídeo con traducción al término de cada intervención de Hadhum Laarosi aquí.
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