Fuente: Baab Al Shams / Por Cristina Casabón
23/12/2014
La cuenta de Twitter “Le Makhzen” (palabra árabe que designa el régimen de la dinastía alauita) se ha convertido en el espacio virtual donde cada día se difunden los documentos secretos del gobierno marroquí que datan desde 2012 a 2014. Nadie sabe qué o quién está detrás de @chris_coleman24, lo que está claro es que sus revelaciones ponen de relieve las duras líneas de actuación de Rabat en el contencioso saharaui. Marruecos ha demostrado que no le importa jugar sucio para conseguir llevar a cabo su ‘solución definitiva’.
Las relaciones con países vecinos se han visto afectadas, pero esto no parece preocuparle, al igual que no le preocupa la injusticia e ilegalidad de la causa que apoya. En sus negociaciones diplomáticas, marcadas por la arrogancia, Marruecos ha estado impidiendo el trabajo de otros organismos sobre el terreno y manipulando a la opinión pública. El gobierno no está dispuesto a debatir el plan marroquí de autonomía para el Sahara Occidental forma abierta y transparente, precisamente por que no piensa cumplir con su parte del plan, e incluso está dispuesto a comprar apoyos de otras potencias.
En los documentos de ‘Coleman’ se demuestra que Marruecos y la Secretaría General de la ONU, respaldada por EEUU, viven una especie de ‘bronca permanente’ a causa del contencioso saharaui. Los informes dan cuenta de un estado de ‘tensión’ entre Rabat y el enviado personal de Ban Ki-moon, Christopher Ross, quien desde primavera está esperando que Rabat le reciba para hacer una visita oficial por el Magreb. “Ross ha demostrado su pronunciada hostilidad hacia Marruecos,” resalta el informe marroquí que marca la línea a seguir sobre el Sáhara hasta abril de 2015. “Sin enfrentarse abiertamente a él, se trata de desacreditarle” se aconseja en el mismo.
Marruecos también ha tratado de impedir que la jefa de los cascos azules asuma sus funciones en el terreno. La canadiense Kim Bolduc no ha podido tomar posesión de su cargo al frente de la MINURSO (contingente de la ONU en el Sáhara Occidental), ya que el gobierno marroquí ha vetado sus viajes al Sáhara. Hay que señalar que en abril del año pasado, la embajadora de EEU en el Consejo de Seguridad, Susan Rice, propuso ampliar el mandato de la MINURSO para que vigilase el respeto de los derechos humanos, pero “París y, en menor medida, Madrid, evitaron que prosperase esa iniciativa que disgustó a Rabat”, según comentaba Ignacio Cembrero en Orilla Sur.
Otra de las grandes revelaciones de Coleman en torno al contencioso saharaui se enmarca en el acuerdo secreto alcanzado en noviembre de 2013 en el Despacho Oval de la Casa Blanca, durante la visita del rey Mohamed VI a Barack Obama. El presidente norteamericano dio entonces abiertamente su respaldo al plan de autonomía previsto por Marruecos para el Sáhara, si bien entre las condiciones secretas del pacto se encuentra la de “legalizar ONG saharauis independentistas” lo cual no se está llevando a cabo. Otra de las condiciones secretas del pacto,“poner fin a los juicios de civiles [saharauis] por tribunales militares” se lleva a cabo de forma muy lenta, según Rosemary Dicario, la embajadora adjunta norteamericana ante la ONU, le hizo saber al gobierno. La tercera condición, “facilitar las visitas al Sahara de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos” es otra tarea pendiente de Marruecos.
Además de los documentos diplomáticos, hay también correos sobre sobornos del servicio secreto marroquí -la Dirección General de Estudios y Documentación (DGED)- a periodistas y think-tanks para que defiendan la posición de Rabat sobre la cuestión del Sáhara Occidental en la prensa internacional y emitan duras críticas sobre Argelia y el Frente Polisario.
El jurista español Carlos Ruiz Miguel escribe en su blog “Desde el Atlántico” que Ahmed Charai, director del semanario L’Observateur du Maroc, (semanario donde acaba de ser portada nuestro titular de interior, Jorge Fernández Díaz), reclutaba periodistas extranjeros para trabajar con la DGED en la difusión de noticias falsas en medios de comunicación (en ellas se acusa, por ejemplo, al Frente Polisario de establece contactos con el “terrorismo yihadista”). Richard Miniter y Joseph Braude son dos supuestos periodistas norteamericanos reclutados por Charai, mientras que el profesor Henri Louis Védie y el periodista Vincent Hervouet actuaban en la misma dirección desde Francia.
Para conseguir tener de su lado a la opinión pública africana se ha creado la “Agence de Presse Africaine” (APA) y Argelia Times, que pretenden convertirse en “referentes informativos” para la cuestión del Sáhara en África. APA lanzó un portal llamado “Apanes”, que dio difusión a la propaganda de la DGED. Además, uno de los miembros del Consejo de Administración de esta “agencia” es presidente de un portal de noticias mauritano “Sahara Medias”, que se dedica a atacar a Argelia y al Frente Polisario. En un artículo de este sitio web puede leerse que uno de los terroristas islamistas que secuestraron a tres cooperantes españoles en Argelia, en octubre de 2011, era hijo del representante del Frente Polisario en Cantabria.
Por otro lado, y como se ha publicado en la web Western Sahara Resource Watch (WSRW),Marruecos utiliza los recursos naturales del pueblo saharaui en su propio beneficio. Esta web cita un documento filtrado por Chris Coleman según el cual, Marruecos estaría haciendo concesiones a empresas multinacionales rusas para buscar el apoyo del kremlin en el tema del Sáhara Occidental.
Bajo el título “cómo optimizar la posición de Rusia”, se esboza su estrategia, que WSRW ha traducido del francés, y se basa en “renovar, enriquecer y diversificar su cooperación estratégica con Rusia, e implicarla en acciones en el terreno de la pesca, la prospección petrolífera, los fosfatos, la energía, etc.” Con ello Rabat pretende “que Rusia garantice un congelamiento del expediente del Sáhara en el seno de la ONU, lo cual daría tiempo al reino para llevar a cabo acciones fuertes con hechos irreversibles sobre la marroquinidad del Sahara.”
Por ahora, el gobierno y los partidos políticos no han dado ninguna explicación pública acerca de los documentos revelados. Por otro lado, los servicios secretos marroquíes no han negado o cuestionado los datos, y recientemente han abierto una investigación sobre la filtración. ‘Chris Coleman’ ha afirmado que dispone de “más de 6 Gb de documentos”, permanezcan atentos.