24 de febrero, 2015 – PORUNSAHARALIBRE.ORG
Izquierda Plural, en su Propuesta de Resolución sobre Política Internacional, Paz, DDHH y Cooperación, para el Debate del Estado de la Nación del Congreso, incluye una proposición para que el Congreso de los Diputados inste al Gobierno a:
“Promover conversaciones, negociaciones y si cabe resoluciones para seguir garantizando el pleno Derecho de Autodeterminación del pueblo saharaui. También para que el mandato de las NNUU en la zona ocupada por Marruecos, MINURSO; se extienda a la observación, prevención y garantía de respeto a los DDHH (especialmente derechos políticos y de libre expresión) de la población saharaui por parte de las autoridades marroquíes. Promover también estos DDHH para los presos políticos saharauis que cumplen prisión en las cárceles marroquíes.”
Texto íntegro de la Propuesta de Resolución de la Izquierda Plural sobre Política Internacional, Paz, DDHH y Cooperación, Debate del Estado de la Nación del Congreso:
Propuesta de Resolución del Grupo Parlamentario de la Izquierda Plural (IU,ICV-EUiA,CHA) sobre política internacional, paz, DDHH y cooperación
A la Mesa del Congreso de los Diputados
El Grupo Parlamentario IU, ICV-EUiA, CHA: La Izquierda Plural, al amparo de lo dispuesto en el artículo 197 y siguientes del vigente Reglamento de la Cámara, con motivo del debate de política general en torno al estado de la Nación, formula la siguiente propuesta de resolución para la concreción del programa de España en el bienio 2015-1026, como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Tiene gran importancia para España y para su política exterior y de cooperación su presencia en el Consejo de Seguridad de las NNUU como miembro no permanente en el bienio 2015-2016. España va a participar en primera fila de la gobernanza internacional en un momento difícil del escenario político, y donde el multilateralismo presenta escenarios inciertos, algunos de ellos cargados de tensiones que deben ser resueltas en beneficio de los pueblos, las libertades y la justicia social y ambiental que mediante la vía de la diplomacia y el dialogo ahuyente el enfrentamiento armado, las crisis humanitarias, la falta de libertades, de desarrollo sostenible y de redistribución de la riqueza.
La crisis internacional ha profundizado el cuestionamiento de los mecanismos de gobierno internacional que en parte han ayudado a causarla o no han reaccionado a tiempo y de forma solvente ante el papel desmedido del sistema financiero desregulado. Los mecanismos de mercado se han mostrado reacios e incluso sordos a las consecuencias políticas y sociales de la crisis, a la impunidad de los agentes económicos y políticos que participaron en las decisiones que la precipitaron y a las consecuencias para una parte inmensa de la sociedad que sufre el paro, la precariedad en el empleo, la pobreza, las privatizaciones y los recortes en los servicios públicos esenciales y en su acceso a la vivienda.
Algunos de los escenarios de crisis se han resuelto en periodos anteriores y aún hoy, con el uso desmedido e ilegal (según los convenios internacionales y las propias resoluciones de NNUU) de la fuerza militar, creando en muchas ocasiones situaciones mucho peores de las que teóricamente se pretendía modificar. Hemos comprobado como en África y Oriente Medio las intervenciones militares han creado estados fallidos, han empeorado las condiciones democráticas y han contribuido a extender una ola de fanatismo sectario, en muchas ocasiones con marca religiosa, que golpea en este momento algunas de las capitales de Europa occidental.
Algunos de estos conflictos están creando también un verdadero desastre humanitario, con millones de personas desplazadas y refugiadas lejos de sus hogares, en muchas ocasiones, destruidos. Esto no hace más que reforzar el fenómeno migratorio, ya de por si agravado por la desigualdad creciente entre el norte y el sur y los problemas del cambio climático. Las costas mediterráneas o las fronteras de Melilla dibujan dos mundos interdependientes pero donde las personas pobres y sin recursos se convierten en carne de cañón y nuevos esclavos del siglo XXI.
España en estos dos años debe liderar políticas internacionales que pongan sentido común a algunos de estos conflictos ahora en plena acción destructiva y también de otros anteriores que deben ser abordados definitivamente. Debe hacerlo desde nuestro papel dentro de la UE, como puente con el mundo árabe y musulmán y también con Latinoamérica, abanderando la lucha por los Derechos Humanos, entendidos también como derechos económicos y sociales.
Nuestra presencia coincidirá con el 15 aniversario de la Resolución 13/25 de los derechos de las mujeres y por ello es necesario recuperar un discurso y acciones consecuentes con la denuncia del papel de las mujeres como botín de guerra y objeto de venganza militar en los conflictos, así como la reivindicación del papel de las mujeres como integrantes plenas de las sociedades desarrolladas.
Al mismo tiempo esta presencia española en el Consejo de Seguridad debe estar acompañada por una política de transparencia dentro y fuera de España, para dar a conocer el funcionamiento de este organismo, sus decisiones y el papel de los distintos países y actores internacionales en temas tan claves como los DDHH, la cooperación al desarrollo, la ayuda humanitaria, la reconstrucción de territorios devastados, el desarme y los procesos pendientes de descolonización, entre otros.
Además, en el mes de septiembre de 2015 la Asamblea General de las Naciones Unidas debe aprobar la versión final de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Desde hace tres años se viene trabajando en la elaboración de los mismos; desde diferentes espacios, ámbitos y con diferentes propuestas. En este contexto, España debe desarrollar una posición activa en la discusión y aprobación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para que los necesarios consensos internacionales vayan acompañados de normas jurídicas imperativas como instrumento de avance en la consecución de los citados objetivos.
Finalmente, en el mes de diciembre se celebrará la Cumbre del Clima en París (COP21) que es la última oportunidad para lograr un nuevo marco de acuerdo para transitar a una economía baja en carbono y establecer una gobernanza climática que permita afrontar con instrumentos jurídicos y financieros suficientes los retos que el cambio climático encontrando respuestas adecuadas para combatirlo y mitigarlo de una manera justa y responsable.
Por todo ello el Congreso de los Diputados insta al Gobierno a:
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Promover conversaciones, negociaciones y si cabe resoluciones para seguir garantizando el pleno Derecho de Autodeterminación del pueblo saharaui. También para que el mandato de las NNUU en la zona ocupada por Marruecos, MINURSO; se extienda a la observación, prevención y garantía de respeto a los DDHH (especialmente derechos políticos y de libre expresión) de la población saharaui por parte de las autoridades marroquíes. Promover también estos DDHH para los presos políticos saharauis que cumplen prisión en las cárceles marroquíes.
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Promover conversaciones, negociaciones y si cabe resoluciones que garanticen un Estado Palestino plenamente viable, con continuidad territorial y con capital en Jerusalén. Que Israel abandone los territorios ocupados y se retrotraiga a las fronteras anteriores de 1967. Que finalice el bloqueo a la franja de Gaza. Que se libere a los presos políticos palestinos que están en las cárceles de Israel. Que se tramite la vuelta de los refugiados palestinos que en distintas oleadas desde 1948 se han visto obligados a abandonar su tierra por parte de los ocupantes israelíes y que se les indemnice adecuadamente por sus pérdidas económicas y morales.
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Que España lidere en NNUU políticas de ayuda a los refugiados que se han incrementado exponencialmente en los últimos años. Para ello que el Gobierno de España incremente sus dotaciones presupuestarias para dar ejemplo de ello en su propio país.
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Liderar las políticas de ayuda a la cooperación al desarrollo, reforzando el papel de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), como medio eficaz para luchar contra la pobreza y la desigualdad y en la defensa de los derechos humanos.
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España, en el marco de las Naciones Unidas, debe mantener una posición activa en la discusión y aprobación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS, 2015-30) para que los necesarios consensos internacionales vayan acompañados de normas jurídicas imperativas y con dotación presupuestaria suficiente como instrumento de avance en la consecución de los objetivos.
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La erradicación de la pobreza y la desigualdad en el mundo en todas sus manifestaciones debe regir el conjunto de las políticas del Gobierno adoptando un marco de coherencia de la acción de Gobierno con los objetivos. El Gobierno de España debe incrementar sus dotaciones presupuestarias para dar ejemplo de ello en su propio país. Es necesario incrementar programas y acciones concretas con dotación económica para igualdad de género y discriminación por orientación sexual, al igual que incrementar la dotación de los programas de salud.
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Contribuir activamente a que la COP21 prevista en París a finales de año consiga un acuerdo vinculante y ambicioso en la lucha contra el cambio climático y en la reducción de desigualdades ante los efectos de la crisis climática.
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Las intervenciones armadas directas en Afganistán, Irak y Libia y las indirectas en Siria o las sanciones a Irán, no solo no han ayudado a solucionar conflictos sino que los han incrementado con millones de personas muertas y estados total o parcialmente destruidos. España debe orientar propuestas de dialogo y diplomacia y no de nuevos escenarios de intervención militar ni directa ni indirecta.
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Que España lidere propuestas de reconstrucción de la ciudad de Kobanê en colaboración con el Comité de Reconstrucción kurdo de la ciudad, en colaboración con el Gobierno de Siria. Es necesario crear un pasillo humanitario desde la frontera de Turquía, un campamento de refugiados ya que la ciudad ha sido destruida en un 70% e incrementar la ayuda humanitaria.
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Que España ejerza un papel de mediación en el conflicto del este de Ucrania. Que España en su papel dentro de la UE haga compatible los acuerdos de asociación de la UE con Ucrania con los acuerdos de este país con la zona económica euroasiática liderada por Rusia. Que España lidere una posición contraria a las sanciones contra Rusia por constituir un flaco favor a la construcción de la confianza con un socio estratégico de la UE como es Rusia.
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Que España lidere, en su papel de puente cultural, el pleno apoyo a los procesos de integración Latinoamericana y Caribeña que se vienen desarrollando, como CELAC, Mercosur o ALBA, entre otros. España por su historia y cercanía cultural debe ayudar a una nueva relación entre iguales entre la UE y Cuba, abandonando definitivamente la nefasta posición común que las entorpecía y reforzar la relación con el Gobierno democrático de Venezuela ante los intentos de desestabilización de sectores golpistas y violentos. España apoya plenamente el Proceso de Paz que se desarrolla entre el Gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC y espera un resultado exitoso de dichas conversaciones.