Fuente: Viento Sur, 04/05/2015
Jatri Adduh es presidente del Parlamento saharaui, miembro del Secretariado del Frente Polisario, y jefe de la delegación saharaui negociadora con Marruecos. El 26 de abril recibió el premio Gernika por la Paz y la Reconciliación.
Jatri Adduh, presidente del Parlamento saharaui, recibió el 26 de abril el premio Gernika por la Paz y la Reconciliación. Lo hizo en nombre de Mohamed Abdelaziz, secretario general del Frente Polisario, en un momento en el que el Consejo de Seguridad de la ONU acaba de prorrogar su misión en el Sáhara Occidental, la Minurso, pero sin potestad para velar por los derechos humanos en los territorios ocupados. En entrevista a GARA tras ser recibido por el alcalde de Donostia, Juan Karlos Izagirre –en la imagen–, advierte de que la paciencia de los saharauis se agota.
¿Qué supone este premio para la causa del pueblo saharaui?
Es un reconocimiento a la lucha, el combate y el sufrimiento de los saharauis durante estos 40 años. Hemos dado mucho por la paz y la justicia. En 1991, cuando la comunidad internacional y la ONU reconocieron nuestro derecho a decidir, los saharauis aceptamos seguir nuestra lucha por vías pacíficas. Seguiremos creyendo en ello siempre y cuando la comunidad internacional y la ONU materialicen su compromiso.
Gernika fue destruida por las bombas en 1937. En febrero de 1976, varias localidades saharauis fueron bombardeadas con napalm y fósforo blanco. ¿Qué supuso para usted estar en Gernika?
Gracias a la difusión de la tragedia que vivió en 1937 y a la labor de célebres artistas y escritores, Gernika es hoy día un referente del sufrimiento de la humanidad y de las atrocidades de la guerra. Nosotros también hemos padecido un genocidio. Marruecos bombardeó a civiles en Um Dreiga, Amgala, Tifariti, Smara y en otros muchos lugares. En los últimos años se han descubierto fosas comunes que acreditan este genocidio y, por consiguiente, nos ha conmovido estar en Gernika y que, pese al tiempo transcurrido, se sigan escuchando las sirenas en recuerdo de esa Gernika combatiente y también símbolo de la voluntad de vivir a pesar de las atrocidades de la guerra.
En su discurso, comparó Gernika con Um Dreiga.
Fue una de las localidades bombardeadas en 1976 por la Aviación marroquí, que utilizó napalm y fósforo blanco. Era una población numerosa, compuesta principalmente por personas que habían huido de las ciudades costeras en busca de refugio ante el avance de las tropas marroquíes. Allí no había hombres con fusiles. Es cierto que los saharauis hacían frente al avance de la invasión, pero en el campamento de Um Dreiga había mujeres, niños y ancianos. Los bombardeos causaron una herida muy profunda en la memoria de los saharauis. Tenemos testimonios e imágenes obtenidas en los momentos posteriores al ataque aéreo que acreditan la crudeza de los ataques aéreos. Todavía nos queda por saber el destino que corrieron cientos de saharauis que desaparecieron durante los bombardeos y el avance de las tropas de Marruecos. Gracias a la labor que están llevando a cabo equipos de investigación como el que lideran Carlos Martín Beristain y Paco Etxeberria con apoyo de instituciones vascas, hemos logrado localizar algunas fosas comunes. Espero que, de esta forma, podamos relatar y sacar a la luz parte del crimen que ha Marruecos ha cometido.
¿Qué les ha aportado la plena identificación de ocho saharauis, entre ellos dos menores de edad, ejecutados en febrero de 1976 y enterrados en una fosa clandestina?</p>
Es muy importante. Siempre hemos hablado de genocidio, pero el hecho de que aparezcan fosas comunes y tengamos evidencias científicas refuerzan nuestras denuncias y nos dotan de argumentos ante la comunidad internacional y la opinión pública. Dan testimonio para la historia de que, efectivamente, lo que se ha cometido en el Sahara ha sido un genocidio que los marroquíes siempre han tratado de ocultar. A Marruecos se le debe denunciar como país que ha cometido crímenes de guerra. El procesamiento por parte del juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz es tan solo el inicio.
¿Cómo valora la respuesta dada por Rabat a este auto?
No cabía esperar otra reacción porque Marruecos no quiere razonar ni reconocer los hechos. Debería reconocer las resoluciones de la ONU avalando nuestro derecho a decidir. Marruecos parte del engaño y de intentar ocultar las realidades. Para mí, no es importante la postura de Rabat, sino las acciones que deberán adoptar las autoridades españolas para que ese auto se traduzca en la captura de los criminales. Lo más peligroso es que haya algún tipo de intervención para evitar la aplicación de esta resolución judicial.
El Consejo de Seguridad ha renovado el mandato de la Minurso. ¿Pero de qué sirve una misión sin capacidad para velar por los derechos humanos?
El Consejo de Seguridad debería imponer ya la organización de un referéndum para que el pueblo saharaui pueda expresar su libre voluntad. Esa es su responsabilidad y el mandato que se le dio a la Minurso en 1991. Mientras no se logre eso, la ONU debería de velar por la situación en el Sáhara Occidental, donde desde hace 40 años se vienen cometiendo atrocidades sin que la comunidad internacional reaccione. No existe ninguna razón para que no vele por los derechos humanos. Si la Minurso no organiza ese referéndum ni trata de relatar la realidad que viven los saharauis en los territorios ocupados, su misión se limita a proteger la ocupación marroquí. Eso es inaceptable. Por eso, reclamamos que tenga las mismas prerrogativas que el resto de las misiones de la ONU en el mundo. Desgraciadamente, hasta la fecha no lo hemos logrado. Pero, he decir que estamos al límite de seguir aceptando este statu quo. No vemos una solución a la vista, mientras Marruecos sigue oprimiendo y saqueando nuestros recursos naturales. Son ya 24 años de espera sin que vislumbremos perspectivas reales de una solución justa y duradera, y eso es realmente peligroso.
¿Cómo ve el futuro?
Apostamos por las vías pacíficas, pero no descartamos ninguna opción. Estamos en la obligación de utilizar todos los medios a nuestro alcance para seguir luchando por nuestros derechos. Lo ideal sería que la comunidad internacional se movilice y los países involucrados, sobre todo España, adopten una postura firme, agilicen y presionen para encontrar una salida pacífica. Los saharauis, repito, no descartamos ninguna vía, pero una reanudación de la confrontación bélica y de las hostilidades en el Sáhara en el contexto actual –veáse la situación en el norte de África y en el Sahel– sería muy peligrosa. A mi juicio, se debe de evitar llegar a ese extremo. ¿Cómo? Dejando que los saharauis decidan su futuro en un referéndum libre y democrático organizado por la ONU.
¿Cómo se sitúan los saharauis en este difícil contexto?
La República Árabe Saharaui Democrática es parte la Unión Africana. Nuestras políticas están orientadas a preservar los territorios bajo nuestro control de todo lo que ocurre en nuestro entorno más cercano. No son tareas fáciles pero, hasta el momento hemos podido asumirlas. Hacemos lo posible por mantener a los saharauis lejos de ese campo de batalla en el que confluyen guerras civiles, extremismos, bandas criminales… La mejor manera de evitar que se mezclen todo este tipo de cuestiones es arreglando el conflicto saharaui sobre la base de la legalidad internacional.
¿En qué situación se encuentra la población saharaui refugiada en Tinduf?
La situación humanitaria es cada vez más complicada porque el número de refugiados va en aumento y con ello las necesidades, y, por contra, los recursos escasean por culpa de la crisis. Desde el inicio, hemos tratado de aplicar políticas sociales. Hemos construido hospitales, dispensarios médicos, escuelas… pero, en los últimos cinco años todos estos servicios y programas se han visto afectados por la fata de financiación. Hago un llamamiento a quienes siempre han sido solidarios con el Sáhara para que sigan junto a la población refugiada y esos servicios humanitarios y sociales no se vean restringidos.