Chahid El Hafed, 16/06/2015 (SPS)
La madre del mártir Mohamed Lamine Haddi cumplió ayer un mes de huelga de hambre ante el consulado de Marruecos en Las Palmas de Gran Canaria bajo la mirada indiferente de la ONU. Su salud se consume lentamente sin que ningún gesto de compasión provenga de Rabat ni de Madrid, ni de Nueva York.
La MINURSO, Misión de Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara Occidental sigue costando a la comunidad internacional más de 60 millones de dólares al año sin celebrar el referéndum para el que fue creada. Tampoco se interesa por la situación humana de la población del territorio en el que se encuentra desde hace más de 23 años. Su consigna es el mantenimiento del status quo y del silencio sobre las exacciones de Marruecos y su arrogancia.
La ONU, Marruecos y España contemplan sin la mínima compasión la dramática situación de Takbar Haddi, la madre de Mohamed Lamine Haidala, tal y como contempló sin el menor remordimiento el dolor de Essima Buseif, la madre de Hasanna Eluali, asesinado en septiembre pasado en la carcel de Dajla, ni el de Jira Ahmed, la madre de Said Dambar, ejecutado a sangre fría por la policía marroquí cuando se dirigía a su casa.
Mohamed Lamine Haidala es el último caso de los asesinatos perpetrados por Marruecos en los territorios ocupados del Sáhara Occidental. Otros crímenes siguen cometiéndose a diario. Violencia injustificada, violaciones sexuales, torturas y detenciones arbitrarias son el pan de cada día de los saharauis que se atreven a reivindicar derechos tan fundamentales como la libertad de opinión, de expresión y la autodeterminación.
El Sáhara Occidental sangra bajo el silencio cómplice de la ONU, teóricamente única autoridad legal por ser el Sáhara Occidental un territorio no autónomo pendiente de descolonización, y el desinterés de España, la potencia administrativa de jure y primera responsible del drama que vive este pueblo desde hace 40 años. Qué están esperando los protagonistas directos de este conflicto para reaccionar? Que suceda lo peor? Dios proteja a esta pobre madre que aclama que su hijo le pide justicia en sus sueños. SPS