Fuente: Faro de Vigo / Fito Alvarez Tombo
«Sahara de mi vida:/ mi corazón de mujer te anhela y te grita / porque nunca, nunca, / nosotras dejamos de ser»
La mujer saharaui goza de un estatus jurídico y político muy avanzado con respecto a los países musulmanes y africanos de su entorno. Cabe destacar el derecho al divorcio y la ausencia de la violencia de género en la sociedad saharaui.
Históricamente ya gozaba de una gran libertad, vivía en una sociedad nómada dedicada al pastoreo en la que los hombres debían ausentarse largas temporadas para atender al ganado y eran las mujeres las encargadas de las responsabilidades de la vida diaria y la organización. Siendo una pieza de vital importancia en la transmisión de la cultura y la historia.
Este estatus sufre un ligero retroceso durante la colonización española, que trae al Sahara un tipo de vida más sedentaria relegando a la mujer al ámbito del hogar, sin tener derecho ni al trabajo remunerado ni a la formación.
A la vista de este retroceso y con el deseo de la recuperación de dicho estatus y colaborar en la autodeterminación del Sahara Occidental nace, a principios de los años 70, la Unión Nacional de Mujeres Saharauis.
Con la llegada de la ilegal ocupación por parte de Marruecos y la consiguiente guerra, el papel de la mujer vuelve a cobrar una importancia vital. La vida en los campamentos está bajo la supervisión y organización de las mujeres, recuperando labores que durante la época colonial eran reservadas únicamente a los hombres, que en esos momentos se encuentran combatiendo contra las fuerzas de ocupación marroquís y mauritanas.
Con la firma del acuerdo de paz en el año 1991, el hombre regresa a los campamentos, pero gracias a la gran labor organizativa durante los años de la guerra hacen que la mujer siga participando activamente en la organización social y política. La mujer saharaui representa el 30% del Parlamento Saharaui, ocupando cargos de responsabilidad como ministras o dirección de diferentes organizaciones.
En las zonas ocupadas del Sahara Occidental, la mujer saharaui vive la ocupación de una forma diferente a las de los campamentos y en un contexto de violencia física y psicológica permanente debido a la ocupación y la actuación brutal de las autoridades marroquíes.Afectando a las mujeres de forma directa, siendo ellas las propias víctimas de estos abusos, o indirecta, una vez que son las madres, mujeres e hijas de los presos políticos, de los secuestrados y desparecidos, teniendo que asumir una vez más el peso de la responsabilidad de sustentar la familia, en un contexto de apartheid político social y económico donde no hay ni trabajo para los/las saharauis y donde cada vez la vida tradicional es más difícil de llevar a cabo.A pesar de esto, su papel es tan importante como en los campamentos, asumiendo, en muchos casos, el papel de líderes de asociaciones,convirtiéndoseen elementos activos de la resistencia pacífica.