Latido de emociones

2015-07-15 17.41.09Por  Marta Fos – 17 de julio, 2015 – porunsaharlibre.org

La semana pasada, llegó Mohamed al aeropuerto del Prat junto a otros niños y niñas saharauis para pasar el verano en Catalunya acogidos en familias en el proyecto Vacances en Pau (Vacaciones en Paz). Es la primera vez que Mohamed sale de los campamentos de refugiados saharauis y es el tercer pequeño gran embajador saharaui que tenemos acogido en casa durante el verano en estos últimos diez años.

Llega con una sonrisa de oreja a oreja, me reconoce enseguida y me coge bien fuerte de la mano. Lo he visto nacer y crecer en los campamentos de refugiados, ya nos conocemos y estamos muy contentos de reencontrarnos unos años más tarde de aquel encuentro, la última vez en el campamento de Smara.

Mohamed observa con detenimiento todo lo que le rodea con aquella mirada tan especial, transparente y emocionante que tienen los niños saharauis que vienen por primera vez por el proyecto Vacances en Pau. Todo es nuevo para él.

En cuanto llega a casa, se señala los ojos y me pide con una sonrisa que lo lleve al médico para que le miren la vista. Hablamos idiomas diferentes pero enseguida intuyo que necesita ir, insiste mucho y a pesar que está muy cansado por el viaje, vamos unas horas más tarde a una óptica de Vilafranca.

La revisión inicial dice que tiene ocho dioptrías en cada ojo, el porcentaje de visión es muy bajo. En ese momento, intento imaginar cómo ha sido la vida de Mohamed en los campamentos de refugiados en condiciones extremas, en la escuela sin ver las letras ni casi nada de lo que pasa a su alrededor. Per, a pesar de estas condiciones de vida tan dures, yo lo he visto allá siempre con una sonrisa en los labios.

Unos minutos después, le revisen la vista poniéndole unas gafas con la graduación que le corresponde y así poder hacerle unas gafas de emergencia antes de pasar todas las revisiones médicas la semana siguiente.

Nunca olvidaré el momento en el que recuperó la vista por unos instantes durante la revisión. Aquella sonrisa y su mirada se iluminaron de una manera que solo se puede entender desde el latido de las emociones. Un momento mágico y con mucha esencia en aquello que realmente te hace replantear muchas cosas en la vida. En momentos como estos, valoras la importancia del proyecto de las Vacances en Pau.

El niño, muy agradecido se despide esperando el día de ir a recoger sus gafas. Al salir de la óptica le pregunto cómo puede ser que esté tan sonriente y disfrute tanto de todo lo que le rodea si tiene tantas dioptrías y no puede ver casi nada. Me mira, sonríe y se toca el corazón. Cierro los ojos y recuerdo emocionada las palabras de un documental sobre el Sáhara llamado Lalia Lalia: “los ojos que miran no son los ojos de ver; los ojos que miran están dentro de nuestro corazón. Con esos ojos puedes ver todo lo que quieras…”

Durante los días en que hemos estado esperando las gafas, Mohamed ha participado en el “casal d’estiu”, en el curso de la piscina, en fiestas mayores, encuentros con otros niños saharauis. Todo y que no veías casi nada, siempre amantenido su sonrisa en los labios. Cada mañana, sus primeras palabras al levantarlo han sido: ¿hoy gafas? Son impresionantes las ganas de ver y de curarse que tiene este niño.

Ayer llegó el día tan esperado, fuimos a la óptica a recoger las gafas y volvimos a vivir un momento muy dulce y mágico cuando Mohamed volvió a ver. Por la calle, las enseñaba a todo el mundo, veía las letras nítidas, lo veía todo claro. Mohamed está muy feliz,  ve bien y, si emocionantes han sido sus primeros días en el Penedès, descubriéndolo todo por primera vez, sin ver, desde hoy disfruta de todo lo que le rodea con la máxima intensidad, observándolo todo desde la vista y desde el latido de las emociones del corazón. Cuánta vida le han regalado con las gafas!!

Antes de ir a dormir, pasé por su habitación y lo vi durmiendo con una gran sonrisa en los labios y las gafas en la mano, no se separa de ellas ni un solo instante. Llego a mi habitación y encuentro una sorpresa en mi almohada: un collar hecho por Mohamed, sencillo, hecho con el corazón y, lo más extraordinario: acompañado de una palabra: “shuckram”, que significa gracias. Momentos como éste te dejan sin palabras. Las gracias se las tenemos que dar a él por enseñarnos a valorar y a replantearnos tantas cosas en la vida!

Los niños saharauis son los más afectados por las difíciles condiciones de vida de los campamentos de refugiados en el desierto argelino. No tienen cubiertas las necesidades básicas como la alimentación, el agua potable y la atención sanitaria, pero siempre tienen una sonrisa en los labios. Durante el verano, con el proyecto Vacances en Pau, los niños y niñas saharauis pasen diversas revisiones médicas generales y especializadas que no pueden tener en los campamentos y que les ayudan a mejorar su calidad de vida.

La acogida en familias es una manera más de mostrar la solidaridad con el pueblo saharaui. Las familias participamos acogiendo a estos niños y niñas, comprometidas y solidarias con la lucha y la causa de todo el pueblo saharaui. Una vez marchan los niños y las niñas saharauis, este compromiso debe continuar, dando apoyo a todo un pueblo que espera, pronto hará cuarenta años, poder volver algún día a su país, el Sáhara Occidental, y vivir libres y en paz.

Mil gracias a Alicia y a la Óptica Badia de Vilafranca por vuestra colaboración solidaria. Le habéis regalado vida y un latido de esperanza a Mohamed.

Mohamed: no dejes nunca de mirarlo todo desde el corazón y el latido de laas emociones, aquí y en tu casa en los campamentos de refugiados y esperemos que muy pronto en el Sáhara libre!

Shuckram y Sáhara libre!

 Marta Fos

Santa Fe del Penedès