Fuente: Meridiam / Por José S. Mujica
Plantón de Canarias a Marruecos, que se desinfla en su relación con las Islas mientras que el Frente Polisario toma el que impulso que, por tradición e historia, le corresponde en su relación con el Archipiélago.
La cena organizada por el cónsul en Las Palmas, Ahmed Moussa, con motivo de la fiesta de ascenso al trono de Mohamed VI en 1999, acreditó el cambio de roles derivado de los resultados electorales.
La ausencia de políticos canarios con mando en plazo para ejercer el poder fue notoria. Mientras que la institucional, con apenas capacidad de influencia, marcó distancia respecto a anteriores ocasiones.
El Gobierno de Canarias que preside Fernando Clavijo acordó apartarse como consecuencia de la nueva ola de simpatía que despierta la reclamación territorial del Frente Polisario con la excolonia española.
El Cabildo que dirige Antonio Morales tampoco acudió a la cita por convicciones ideológicas. La misma posición adoptó el alcalde capitalino, Augusto Hidalgo, rechazando de plano la invitación por reajuste en la agenda, aunque en su trayectoria política es conocida la afinidad del regidor con la causa saharaui. El presidente de la Autoridad Portuaria, Luis Ibarra, tampoco acudió.
En el bando de las asistencias, la cena contó con Carolina Darias, presidenta del Parlamento regional, y de María del Carmen Hernández Bento, delegada del Gobierno. Los políticos brillaron por su ausencia, salvo el caso de José Miguel Pérez (al que le restan meses para dejar la secretaría general del PSOE) o deJerónimo Saavedra, quien jamás ha escondido su marroquinización.
Según fuentes diplomáticas consultadas por Meridian, la posición del cónsul “se debilita” ya que “ha quedado patente” que podría no encajar en la nueva estrategia para compensar el auge de apoyo al Frente. “Son otros tiempos”.
Moussa supo días antes del evento que iba a sufrir plantón y forzó una rueda mediática sin precedentes para proyectar su imagen. El consulado ha declinado, por ahora, valorar la ausencia del Gobierno, Cabildo y Ayuntamiento.
Los pactos de izquierda en España ha devuelto la esperanza al Polisario, cuya voz se había apagado en plazas como Gran Canaria, donde José Miguel Bravo y Juan José Cardona se inclinaron a favor de Rabat. Paulino Rivero contuvo mejor los equilibrios.
En la actualidad, Canarias se juega unos 20 millones de euros en programas de cooperación con Marruecos, que financia en un 75% la Unión Europea y en otro 25% el Archipiélago.
La línea entre Fuerteventura y Tarfaya (antiguo Cabo Juby) es otro de los proyectos que prioriza el empresariado majorero. De hecho, Juan Marichal, de la Cámara de Comercio, acudió a la cena. En cambio, José Sánchez Tinoco (Cámara) y Agustín Manrique (CCE) también se abstuvieron.
El Consulado en Las Palmas está ubicado en Guanarteme, en la calle El Cid. Delante de las puertas, custodiadas por la Policía Nacional, se concentran los partidarios del Frente. En el último mes, una mujer saharaui protagonizó una prolongada huelga de hambre para reclamar los restos de su hijo, víctima de la represión de las fuerzas de seguridad marroquíes en El Aaiún.
El nivel de protestas es tal que el Consulado está a punto de trasladarse a una nueva sede, en las inmediaciones de la Presidencia del Gobierno.
El Polisario reivindica desde 1991, tras el alto el fuego, la celebración de un referéndum de autodeterminación. Naciones Unidas lleva 25 aplazando su decisión con un destacamento de 300 cascos azules en la zona que ha costado ya más de 800 millones de euros.
Este año, la tensión llegó a un pico histórico cuando la ONU estuvo a punto de autorizar a su unidad en El Sáhara Occidental actuar sobre delitos contra los derechos humanos. Marruecos movilizó todo su arsenal diplomático para impedirlo in extremis