Fuente: Mundiario
Por Jalil Mohamed (Periodista. Adscrito al departamento
de español en la televisión saharaui RASD-TV)
Desde 1991 la ONU está comprometida a cumplir con sus obligaciones a dar una solución al conflicto del Sáhara a través de su misión para el referéndum en el Sáhara Occidental (Minurso)
Después de ser obstaculizado varias veces por el régimen marroquí, el enviado personal del secretario general de la ONU para el Sáhara Occidental, Christopher Ross, inició el pasado 5 de septiembre una nueva visita a la región y su primera parada fue en los campamentos de refugiados saharauis, donde se reunió con miembros de la delegación negociadora del Frente Polisario y con el primer ministro saharaui.
Al terminar sus reuniones con las autoridades saharauis se le perdió el rastro, apareciendo días más tarde en Madrid. El Gobierno español públicó un comunicado reiterando su apoyo a los esfuerzos de la ONU en la búsqueda de una solución justa, duradera y mutuamente aceptable, que prevé la libre determinación del pueblo del Sáhara Occidental. Entonces se conoció que Ross continuaría su gira por la región, visitando Marruecos, Mauritania y Argelia, estos dos últimos como países observadores en las negociaciones entre el Frente Polisario y Marruecos.
Hasta entonces nada nuevo, porque el enviado personal ya estaba acostumbrado a este tipo de gira para acomodar el terreno y retomar las negociaciones entre las partes, algo que no había logrado porque Marruecos quería ganar tiempo y hacer que Ross tirase la toalla. La parte novedosa se aprecia cuatro días después de su reunión con el ministro de Exteriores español, José Manuel García-Margallo, porque a través de la cuenta de Twitter de Ignacio Ibáñez, secretario de Estado de Asuntos Exteriores, se supo que Christopher Ross tuvo encuentros al más alto nivel y estuvo acompañado por la jefa de la misión de las Naciones Unidas para el referéndum en el Sáhara occidental (MINURSO), la canadiense Kim Bolduc.
El papel clave de España
Es la primera vez que un enviado personal del secretario general de la ONU para el Sáhara occidental, Christopher Ross, y una enviada especial y jefa de la Minurso, Kim Bolduc, se unen para realizar una gira y reunirse con países miembros del grupo de “amigos” del Sáhara occidental, principalmente España que aún tiene toda la responsabilidad legal e histórica en el proceso de descolonización en el Sáhara occidental, dado que ante la legalidad internacional sigue siendo potencia colonizadora del territorio.
La ONU es consciente de que hasta el momento ha fracasado, incumpliendo la promesa de la realización del referéndum de autodeterminación para el pueblo saharaui, y que el conflicto del Sáhara Occidental entorpece el desarrollo de la región del Magreb obstaculizando la alianza entre países norteafricanos que sería estratégica para la lucha contra el terrorismo, el narcotráfico y la inmigración ilegal. Aspecto que nos hace pensar que Christopher Ross está presentando una nueva propuesta y está dispuesto a imponerla a una de las partes, pero para ello tienen que contar con el beneplácito de los miembros del consejo de seguridad y de España, potencia administradora del territorio.
También existen indicios de que el conflicto está despertando más interés y están entrando nuevos actores en el área de discusión. La Unión Africana es uno de esos actores y cada día está ejerciendo más presiones sobre la ONU pidiendo que se culmine con este conflicto y exigiendo ser parte de las tomas de decisiones en lo que respecta al Sáhara Occidental. Hay que recordar que la República Saharaui es miembro fundador y de plenos derechos de la organización continental.
Éxito del Polisario
Otro factor es el éxito cosechado por el Frente Polisario al ser parte de los convenios de Ginebra, siendo un hecho histórico al ser el primer movimiento independentista que es parte de estos convenios, poniéndose en igualdad de condiciones con el reino marroquí y adquiriendo más argumentos, ya no solo como único y legitimo representante del pueblo saharaui, sino también para emprender acciones legales contra cualquier actividad en las zonas ocupadas del Sáhara Occidental.
Después de la firma del alto el fuego con Marruecos, en el año 1991, el frente Polisario ha centrado su batalla en los derechos humanos teniendo en cuenta que al fin y al cabo el derecho a elegir es el más fundamental de todos. Después se inició una dura campaña contra las explotaciones de las riquezas del territorio por parte de Marruecos. Con el objetivo de que Marruecos pierda todos los beneficios económicos, el Frente Polisario está dispuesto a iniciar todas las acciones legales para impedir que empresas extranjeras inviertan en el territorio aún pendiente de descolonización.