Fuente: acnur.org
La siguiente información es un resumen de las declaraciones de la portavoz del ACNUR Melissa Fleming, a quien se pueden atribuir las citas, durante la rueda de prensa del día 23 de octubre de 2015 en el Palacio de las Naciones en Ginebra, Suiza.
Las intensas lluvias e inundaciones han causado daños generalizados en los cinco campamentos que acogen a unos 90.000 de los refugiados saharauis más vulnerables en el suroeste de la árida región de Tinduf, en Argelia. ACNUR y sus socios han comenzado a ofrecer asistencia a unas 25.000 personas (5.000 familias) cuyos hogares y reservas alimentarias habían resultado dañados o destruidos.
El número de personas en necesidad de ayuda humanitaria podría aumentar, ya que se prevé que las lluvias, que comenzaron el pasado viernes, continúen hasta al menos el domingo. Afortunadamente no se habrían registrado víctimas entre los refugiados que viven en las zonas más afectadas de los campos de Awserd y Dakhl, así como en los campamentos de Laayoune, Boujdour y Smara.
ACNUR está liderando la respuesta humanitaria, en la que está trabajando con la población refugiada saharaui, así como con las agencias de Naciones Unidas PMA y UNICEF, y otras contrapartes. En un esfuerzo conjunto, se está entregando en los campos pan, alimentos frescos y agua potable. El Departamento de Protección Civil de Argelia también está asistiendo.
Las personas que se han quedado sin hogar están siendo acogidas por familiares y vecinos, pero durante los próximos dos días ACNUR tiene previsto enviar por vía aérea un cargamento compuesto por 1.500 tiendas de campaña, 10.000 lonas plásticas y 400 rollos de plástico aislante para hacer frente a las necesidades más acuciantes en materia de cobijo, así como 10.000 mantas, 2.000 bidones de agua y sets de cocina. ACNUR también proporcionará materiales de construcción para la reparación de infraestructuras.
Una evaluación realizada a principios de esta semana por parte de la Cruz Roja Saharaui muestra que centenares de casas de adobe han quedado destruidas o dañadas. Aquellas personas que viven en tiendas saharauis tradicionales se han librado de la peor parte de la catástrofe, aunque tan sólo una minoría de las familias cuenta con este tipo de tiendas de campaña.
Asimismo han resultado dañadas o destruidas otras infraestructuras como dispensarios, hospitales, escuelas, tiendas o cobertizos para el ganado. Por otra parte, también será necesario reconstruir las letrinas y retirar lo antes posible el agua estancada de las inundaciones para prevenir enfermedades, la contaminación de las fuentes de agua y el derrumbe de inmuebles.
Hasta el miércoles, con las continuas lluvias, los cinco campamentos de Tinduf (Awserd, Dakhla, Laayoune, Boujdour y Smara) se habían visto inundados por completo o de forma parcial. Si bien las precipitaciones son escasas en el Sáhara durante la mayor parte del año, cuando se producen pueden ser devastadoras, especialmente para las construcciones de adobe.
Los refugiados saharauis comenzaron a llegar a Tinduf a mediados de la década de los 70, cuando España se retiró del Sáhara Occidental y estalló el conflicto por su control. La mayoría de los refugiados saharauis han estado viviendo durante casi 40 años en la árida región de Tinduf.
ACNUR pide con urgencia a los donantes que den fondos de emergencia para responder a la crisis de las inundaciones. El presupuesto de la operación de ACNUR para Tinduf sólo está financiado al 20%, lo que deja una enorme brecha y restringe las actividades operativas de la Agencia de la ONU para los Refugiados.
ACNUR