Fuente: Delegación Saharaui para España. Por: Ali Salem Iselmu, periodista y escritor saharaui. 4 enero, 2016
Fuente: Revista Futuro Saharaui
La sentencia del Tribunal General de la UE, viene a confirmar lo que dijo en su momento el asesor jurídico de las Naciones Unidas Hans Corell, sobre los recursos naturales de un territorio no autónomo pendiente de descolonización como es el Sáhara Occidental, cuyo pueblo sigue reclamando un referéndum de autodeterminación que sirva como base legal para el estatus final del territorio.
Hans Corell dijo que el acuerdo de pesca entre la Unión Europea y Marruecos debe delimitar las aguas jurisdiccionales del Sáhara Occidental y los recursos naturales. Cualquier explotación o actividad sin el consentimiento del pueblo saharaui, viola de forma clara el derecho internacional, ya que otorga a Marruecos la posibilidad de explotar un territorio fuera de las fronteras reconocidas internacionalmente por la ONU a ese país.
El Tribunal Europeo, viene a confirmar lo que ha dicho la Unión Africana y la asesoría jurídica de las Naciones Unidas sobre los recursos naturales del Sáhara Occidental. Marruecos no es el dueño de esos recursos por la falta de definición del estatus jurídico y el pueblo saharaui a través de su representante legítimo que es el Frente Polisario ha ganado dicha batalla jurídica; a pesar de que los países de la Unión Europea quieren recurrir la sentencia.
¿Es moralmente aceptable que buena parte de los saharauis, sobrevivan gracias a la ayuda humanitaria desde hace 40 años, en los campamentos situados en Argelia al sur de Tinduf?. Mientras tanto la comunidad internacional sigue admitiendo, el comercio y explotación de sus recursos, sin su consentimiento.
Debemos de tener en cuenta, que la votación reciente del Parlamento Europeo, a favor de dotar a La Minurso de un mecanismo de vigilancia de los derechos humanos en el Sáhara Occidental, viene a sumarse a la propuesta norteamericana del 2013 y a los intentos del Secretario General de las Naciones Unidas de desbloquear definitivamente la situación de represión y asedio permanente que se vive en las principales ciudades del Sáhara. Situación que ha convertido a los saharauis en un gueto, controlado y sometido por el Estado Marroquí.
La postura de Suecia de reconocer a la República Saharaui, acompañada de la exigencia de Holanda de negarse a firmar cualquier acuerdo que incluya el Sáhara Occidental, demuestra que Marruecos está, agotando la paciencia de muchos países y cerrando el camino hacia una solución.
El discurso reciente del rey de Marruecos con motivo de la Marcha Verde, demuestra su mirada política, prepotencia y torpeza, al darse un baño de masas en la ciudad del Aaiún con los miles de marroquíes que ha ido llevando al Sáhara Occidental durante todos estos años, en un desafío claro hacia las Naciones Unidas y el proceso de negociaciones que hoy rechaza ante el evidente fracaso de su acción diplomática. Esta diplomacia que se basa en el Foro Crans Montana, al que invita a personalidades que están más interesadas en figurar en foros celebrados en el Sáhara Occidental, que en respetar el derecho internacional.
Los derechos humanos y los recursos naturales, van interrelacionados entre sí. Tenemos que verlos juntos, porque son una exigencia inseparable. Los saharauis serán libres en la medida en que puedan gestionar sus recursos, crear sus políticas de empleo, apostar por un sistema de salud y educación que garantice su bienestar. El empoderamiento de la sociedad civil saharaui es la única solución viable que devolverá la dignidad a las personas, tanto a nivel individual como a nivel colectivo.
Las políticas de asistencialismo que propician diferencias sociales, a cambio de lealtades, es la que ha permitido a Marruecos dividir a los saharauis, dándoles pequeñas migajas y anulándolos en el trabajo y la gestión de la administración. Una política dirigida a destruir los futuros cimientos sobre los cuales, debe descansar una sociedad libre y creativa en el Sáhara Occidental.
Es el momento de un cambio de estrategia verdadero hacia Marruecos, para que ponga fin a la actual situación. Abriendo el territorio a parlamentarios, observadores, juristas y permitiendo que no triunfe la fuerza que ha transgredido el derecho internacional, saltándose la descolonización del Sáhara Occidental con el aval de los Acuerdos Tripartitos de Madrid y de la Marcha Verde.
Es por ello este momento una oportunidad de oro para ejercer una verdadera presión sobre El Reino de Marruecos, para que reconozca las resoluciones internacionales. Partiendo de algo tan elemental como la anulación definitiva de los Acuerdos Tripartitos de Madrid, mediante los cuales España cedió el territorio a Marruecos y Mauritania, originando el conflicto actual.
Una revisión estricta de la historia y el respeto al derecho, es la única vía de ordenar democráticamente la convivencia de cualquier sociedad y el camino que posibilite una solución futura que garantice el retorno del derecho de la autodeterminación. Esa será la llave con la que se pueda abrir la puerta que se cerró en 1975.