Fuente: gaceta.es
Para Mohamed VI, el Sáhara Occidental es tan importante que está dispuesto a aceptar la repatriación de menores indocumentados que viven en Suecia con tal de que este país no reconozca a la República Árabe Saharaui (RASD). ¿Puede aprovechar España este hallazgo?
La monarquía y el majzén (la corte) marroquíes consideran que el mantenimiento de la población que ellos no pueden alimentar o tener en su país corresponde al resto del mundo, en especial a los europeos, tan solidarios que renuncian a tener hijos para acoger en cambio a poblaciones del resto del planeta.
Pese a los tratados internacionales firmados con otros países, como España, Rabat hace muy poco por impedir la emigración ilegal de sus súbditos y cuando éstos se encuentran fuera de sus fronteras se niega a repatriarlos.
En Suecia hay cientos de menores de edad marroquíes y de otros países del norte de África, unos 800, que piden asilo político en Suecia. De ellos, según la Policía sueca, al menos en torno a 200 malvivían en el centro de Estocolmo dedicados a la pequeña delincuencia e incluso la prostitución. Aun en esas circunstancias, muchos adolescentes marroquíes se niegan a ser devueltos. Desde 2011, sólo han retornado dos marroquíes.
El 19 de enero, el ministro sueco del Interior, el socialdemócrata Anders Ygeman, y el presidente de la Cámara de Representantes de Marruecos, Rachid Talbi Alami, anunciaron que habían llegado a un acuerdo por el cual los menores marroquíes serían identificados y deportados a su país, y allí educados y formados por varias ONG.
¿Cuál ha sido el motivo de que las autoridades marroquíes hayan cambiado de opinión y acepten reintegrar a sus menores, cosa que no hacen con los que se encuentran en España, lo que se opone al Tratado de Amistad y Buena Vecindad firmado en 1991.
Los socialdemócratas se contradicen
En 2012, el Parlamento sueco, con el voto de los tres principales partidos de la oposición, los socialdemócratas, los verdes y los excomunistas del Partido de los Demócratas Suecos, pidió que su país reconociese como Estado a la República Árabe Saharaui Democrática, noticia que provocó una conmoción en Marruecos, ya que de cumplirse Suecia se convertiría en el primer país de la Unión Europea en reconocer a la RASD.
Las presiones de Marruecos incluyeron la denegación del permiso de apertura a una tienda de Ikea en Casablanca, el principal centro económico del país africano. Pero el elemento definitivo parece haber sido este acuerdo de repatriación de los menores de edad.
El 15 de enero, el Ministerio de Exteriores sueco anunció que el reconocimiento diplomático se paralizaba. Y sólo cuatro días después Rabat aceptó repatriar a sus súbditos. El Gobierno socialdemócrata olvida sus promesas a cambio de limpiar las calles de Estocolmo de visitantes indeseados.
Ya conocemos el punto débil de Marruecos
Uno de los mayores expertos en la historia y el estatus del Sáhara Occidental y su ocupante, Marruecos, el catedrático Carlos Ruiz Miguel, escribe en su blog que la solución a la crisis con Sueciapor parte de Rabat da un mecanismo de presión a los países que tengan conflictos o contenciosos con el país africano.
“Sabíamos que el majzén de Marruecos está dispuesto A TODO (he dicho, a «todo») para mantener la ocupación del Sahara Occidental. Pero lo que no sabíamos, y Suecia nos lo ha descubierto, es que el majzén está dispuesto a ceder EN CUALQUIER COSA a cambio de que no se reconozca a la RASD. Conociendo esto, va a ser ahora fácil, muy fácil, para los demás Estados presionar a Marruecos si sus dirigentes están dispuestos a defender los intereses de sus países sin caer en las redes de corrupción del majzén. Bastará tomar la iniciativa de reconocer a la RASD para que el majzén de Marruecos se avenga a CUALQUIER cosa a cambio de que el Estado en cuestión no proceda a tal reconocimiento. Suecia ha dejado al descubierto el talón de Aquiles del régimen marroquí. Y ese talón de Aquiles se llama RASD.”
Ahora bien, los presidentes de Gobierno españoles desde Carlos Arias Navarro, que, con la excepción de José María Aznar, siempre se han sometido a los deseos de Rabat y de su protector, París, ¿están dispuestos a apretar el talón de Aquiles marroquí?