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El próximo día 26 de diciembre se llevará a cabo el juicio en el tribunal civilde Sale, Rabat, del grupo de presos políticos conocido como Grupo de Gdeim Izik.
Estos 24 activistas de defensa de los derechos humanos, 21 detenidos, 2 que han salido ya en libertad en 2013 y uno en libertad condicional, fueron juzgados ilegalmente en un tribunal militar marroquí en febrero de 2013, 21 de ellos fueron atribuidas penas que van desde 20 años a cadena perpetúa.
Los activistas fueron secuestrados, detenidos y torturados en los días y semanas posteriores del desmantelamiento brutal, por parte de las autoridades de ocupación marroquíes, del campamento de protesta de Gdeim Izik, en los territorios ocupados del Sahara Occidental, que durante un mes reunió a decenas de miles de saharauis, hombres, mujeres y niños en una protesta pacífica exigiendo sus derechos sociales, económicos y el derecho a la libre determinación.
De acuerdo con numerosas ONG, entre ellasAmnistia Internacional y HRW, Fundación Robert Kennedy y el Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria y la Comisión de Prevención de la Tortura de la de la ONU, el juicio fue ilegal, con graves errores procesales, evidencias de la tortura, secuestro, detención arbitraria y ninguna de las acusaciones, fue probada, además de tratarse de un juicio extraterritorial, nulo de pleno derecho.
A 24 de marzo fue presentado el voto 50/XIII (1.a) en la Asamblea de la República Portuguesa, firmado por el PSD, PS, BE, los Verdes y el PAN, de solidaridad con los presos políticos saharauis del grupo de Gdeim Izik en cuyo punto 1 dice:
1 – Pide la liberación de los presos políticos saharauis y se solidariza con su lucha;
Esta votación se aprobó en el Parlamento con los votos a favor del PSD, PS, BE, PCP, los Verdes y el PAN y la abstención del CDS-PP.
En este nuevo juicio estarán presentes observadores internacionales, entre ellos una observadora portuguesa, si Marruecos no impide la presencia o la exclusión de los observadores como lo ha estado haciendo con impunidad durante los dos últimos años, con más de 200 expulsiones de observadores, periodistas y miembros de las organizaciones de derechos humanos en un claro intento de imponer un silencio mediático sobre la última colonia en África.
Lisboa, 21 de Diciembre, el año 2016