Por Isabel Lourenço / Jornal Tornado
El pasado 5 de abril, el rey de Marruecos anunció el nuevo gobierno. Una de las novedades es la reactivación del Ministerio de Derechos Humanos, que había sido abolida en 2002.
El círculo control absoluto del rey de Marruecos queda así completo, una campaña de décadas para erradicar cualquier tipo de denuncia de las gravísimas violaciónes de los derechos humanos por parte de entidades independientes u organizaciones internacionales, fue logrado logrado.
En la última década fueron creadas una serie de organizaciones estatales y gubernamentales de derechos humanos, incluida la Delegación Interministerial de Derechos Humanos, el Consejo Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y un mediador de derechos humanos.
Marruecos creó así un marketing en torno de un «Reino desarrollado y con atención a los derechos humanos» y consiguió financiamiento de sumas obscenas de la Unión Europea y el silencio del ACDH (Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos) de la ONU.
Al mismo tiempo fueron perseguidos y detenidos cientos de activistas marroquíes y saharauis de derechos humanos y las actividades de las organizaciones no gubernamentales independientes que se dedicadan a la defensa de los derechos humanos han sido suprimidas e impedidas sistemáticamente.
Asociación de Derechos Humanos Marroquí
La asociación no gubernamental más significativa en Marruecos es la AMDH (Asociación de marroquíes de derechos humanos) que ha estado varias veces en la «lista de negra» del reino alauí y cuyos militantes tienen sus actividades y casas escrupulosamente vigiladas por el Majzen (máquina de estado marroquí ).
A partir de 2015, las autoridades bloquearon decenas de eventos organizados por lla AMDH. En el mismo año fueron expulsadas ONG´s internacionales, AI – Amnistía Internacional, así como la HRW – Human Rights Watch, que tienen prohibido ejercer cualquier tipo de actividad en territorio marroquí y en los territorios ocupados del Sahara Occidental.
Marruecos pretende, así, lograr el control absoluto y el silenciamiento de todas las graves violaciónes de derechos humanos en Marruecos y en especial en los territorios ocupados del Sahara Occidental, donde la represión de la población es idéntica a la de la Sudáfrica del apartheid durante el colonialismo, las atrocidades cometidas por Indonesia en Timor Oriental y al día a día de cualquier zona de conflicto mas mediática.
La expulsión de los activistas de derechos humanos extranjeros de ese territorio es práctica diaria para evitar que puedan testimoniar cómo las autoridades reprimen las manifestaciones pacíficas de forma sistemática en el Sahara Occidental.
Pena de muerte
Los presos políticos acusados que están presos arbitrariamente durante meses y años después de juicios injustos, sobre la base de sus supuestas confesiones a la policía, son condenados a condenas que llegan a cadena perpetua o como en el caso de los presos de Gdeim Izik las acusaciones presentadas incluyen la pena de muerte.
Difamar las instituciones del estado, ataque verbal contra la integridad territorial, insultar al rey, la homosexualidad y la infidelidad, se mantienen como ofensas punibles con prisión. Existen en este momento, según datos de un medio de comunicación español, más de un centenar de presos condenados a pena de muerte. Sin embargo, el código de procedimiento penal demuestra la «humanidad» del reino cuando se establece que en el caso del condenado a muerte sea una mujer y esta embarazada, la ejecución debe retrasarse hasta el nacimiento del niño.
El caso de Gdeim Izik
Durante la última sesión del juicio del grupo de Gdeim Izik, el juez dijo en varias ocasiones que el derecho internacional, los acuerdos y arreglos ratificado por Marruecos no tenía espacio en esa sala.
En un juicio teatralizado para dar la ilusión de un juicio justo, Marruecos decidió «autorizar» las pruebas médicas exigidas hace más de seis años por los 24 acusados (de los cuales 21 están presos) para confirmar las horribles torturas a las que fueron sometidos de forma sistemática. Sin embargo, otra vez, no es más que una farsa, ya que los médicos elegidos son empleados del estado marroquí y no fue respetado el Protocolo de Estambul que regula las normas de pericias en caso de tortura, ni fue contemplada la posibilidad de un examen independiente por un experto internacional.
Los resultados serán sin duda los que convienen a Marruecos. Cinco de los acusados se negaron a realizar las pericias de esta manera, consciente de que nada se puede esperar de un tribunal donde la decisión del Comité contra la Tortura que denuncia la práctica de torturas contra de este grupo siquiera puede ser mencionada por los abogados sin que sala irrumpa en un alboroto y les sea retirada de inmediato la palabra.
¿Quién es el ministro marroquí de Derechos Humanos?
Mustapha Ramid, nombrado por el Rey Mohammed VI el 5 de abril de 2017, Ministro de Estado para los Derechos Humanos, nació en 1959 en la región de Sidi Bennour (provincia de El Jadida).
El Sr. Ramid, que ocupó el cargo de Ministro de Justicia y de las libertades en el gobierno anterior, continuó sus estudios de postgrado en Dar Al Hadith Al Hassania. En 1989 fue elegido miembro del Comité Ejecutivo de la Asociación de Ulemas de Dar Al Hadith Al Hassania en 2005 y miembro de la mesa de la Asociación de Abogados de Casablanca por dos mandatos.
Fue candidato en las elecciones de 1997 en la lista del Movimiento Democrático y Constitucional Popular (MPDC), fundado por el fallecido Dr. Abdelkrim El Khatib, del que fue líder del grupo parlamentario.
reactivar un Ministerio de Derechos Humanos en un momento en que el gobierno está impidiendo el trabajo de los organismos independientes de vigilancia de los derechos humanos hace recordar «1984» la obra de George Orwell, y sus ministerios de verdad y de paz.
«Eric Goldstein de HRW (Human Rights Watch)