Suecia, 06 de octubre de 2017 – La ONG sueca Emmaus Björkå, la productora RåFilm y el colectivo saharaui Equipe Media, co-creadores de la película 3 Stolen Cameras (3 Cámaras robadas) han expresado su estupefacción al enterarse de que el departamento de censura del Líbano no ha aprobado el permiso de proyección para su película, que debía proyectarse en el cine Metropolis Empire Sofil el viernes 6 y el domingo 8 de octubre de 2017 como parte del Festival Internacional de Cine de Beirut.
La película, que iba a celebrar su estreno mundial en Beirut, es un corto documental sobre un grupo de activistas mediáticos saharauis que graba violaciones de derechos humanos bajo un enorme riesgo y lucha por preservar sus cámaras en el Sáhara Occidental, donde las autoridades de ocupación marroquíes han logrado implementar un bloqueo casi completo contra los medios de comunicación saharauis e internacionales. Los creadores de la película sospechan que la mano de Marruecos está tras la censura, como ha sucedido anteriormente en este mismo festival y en otros como el de Abu Dhabi.
«Estamos muy preocupados por este acto de censura contra una película que ofrece imágenes exclusivas de las violaciones de los derechos humanos que se comenten a diario en el Sáhara Occidental ocupado contra la población saharaui», aseguró Mohamed Mayara, portavoz de Equipe Media, un colectivo de periodistas saharauis prohibido por Marruecos que trabaja desde la clandestinidad. Citando varios informes publicados en los medios de comunicación marroquíes, Mayara aseguró que «estamos seguros de que las autoridades libanesas han sido presionadas por las marroquíes, como ya es habitual».
Donde antes aparecía la película programada en su página web, el festival ahora ha puesto un cuño rojo con la palabra «Censored» y ha escrito: «Nos entristece anunciar que ‘3 Cámaras robadas’, de la sección Rejection Front – Public Square ha sido censurada y por tanto no se exhibirá». Esta sección fue creada precisamente para exhibir películas sobre la libertad de expresión.
El festival presume de apoyar películas sobre los derechos humanos y la justicia pero históricamente ha sufrido problemas con los censores libaneses en parte debido «a las acciones de las misiones diplomáticas en Líbano», según dice un histórico del festival.
Los autores de la película afirmaron que esta no era la primera vez que películas de temática saharaui son censuradas en el Líbano. «Esto demuestra realmente lo sensible que es revelar información desde los territorios ocupados del Sáhara Occidental», aseguraron.
«Aunque este iba a ser el estreno mundial de “3 Cámaras Robadas”, haremos todo lo posible para conseguir que la película se proyecte en muchos otros lugares», añadieron.
Según medios marroquíes próximos al régimen de Mohamed VI, el embajador de Marruecos en Beirut se encontró con los responsables del Ministerio de Exteriores y la Dirección General de la Seguridad libanesa para explicarles que Marruecos estaba totalmente en contra del contenido del documental. Y según la conclusión de seis diferentes Ministerios, entre ellos Educación, Interior, Exteriores, Asuntos Sociales, Economía y Comunicación libaneses, “esta película es ofensiva para un país hermano como es Marruecos, por eso hemos decidido la censurar de esta película”. Al mismo tiempo notificaron a la dirección del festival sobre la censura diciendo que “la película trata sobre el Sáhara Occidental y eso no lo permite el Estado”.
En 2015, la proyección de la película «La vida en espera: Referéndum y resistencia en el Sáhara Occidental» de la directora Iara Lee también fue prohibida por la oficina de censura libanesa en este mismo festival de cine.
María Carrión, Directora ejecutiva de FiSahara, condenó la censura y aseguró que Marruecos habitualmente presiona a festivales de cine y a autoridades de países a través de sus consulados para que cancelen proyecciones y otras actividades culturales del Sáhara Occidental. «Este es el modus de Marruecos desde que existen películas sobre el conflicto en el Sáhara Occidental, y en países árabes suele tener éxito. Un programador del festival de Abu Dhabi me contó cómo le obligaron a cancelar la proyección de la película Wilaya en 2011 en el último minuto, cuando el equipo de la película ya había llegado «, explicó.
Aunque la presión a veces funciona, Carrión aseguró que «en muchos otros casos lo único que consiguen las campañas marroquíes de acoso y derribo es que los festivales estén más determinados a exhibir películas sobre el Sáhara». Concretamente, Carrión dice que ya hay festivales de cine que han pedido 3 Cámaras robadas para contrarrestar la censura.
Acerca del Sáhara Occidental
El Sáhara Occidental ha sido ocupado por el Reino de Marruecos desde 1976, después de que España se retirara y abandonara su reclamo como poder colonial sobre el territorio, firmando un acuerdo que dio luz verde a la invasión. El pueblo saharaui, que resistió la opresión colonial española, se vio obligado a luchar contra la ocupación marroquí. Tras la invasión, gran parte de la población saharaui se vio obligada a huir a Argelia, donde construyeron campos de refugiados cerca de la ciudad de Tinduf. Durante la guerra, Marruecos construyó un muro – una gran muralla de arena minada – para separar el territorio bajo su control de los territorios controlados por el movimiento de liberación saharaui, el Frente Polisario. Hoy en día, este muro de 2700 km de largo todavía divide el Sáhara Occidental y a las familias saharauis que se encuentran en ambos lados.
En 1991, la ONU estableció un alto el fuego y nombró una misión de mantenimiento de la paz, la MINURSO, para llevar a cabo un referéndum. El alto el fuego se ha mantenido (en gran medida) hasta hoy, pero no se ha celebrado ningún referéndum y el derecho del pueblo saharaui a la libre determinación no se ha concedido.
Acerca de 3 Cámaras Robadas
Los miembros del grupo de vídeo activista de Equipe Media graban y difunden imágenes de protestas no violentas y de la represión sufrida por saharauis a manos de las fuerzas de ocupación marroquí. En su día a día luchan por proteger y conservar sus cámaras, que frecuentemente les son arrebatadas, rotas o robadas por las fuerzas de ocupación.
Marruecos no permite la entrada a periodistas internacionales y observadores de derechos humanos en el Sáhara Occidental ocupado, y aquellos que logran entrar clandestinamente son expulsados en cuanto son descubiertos por las autoridades. Las únicas imágenes que logran salir del territorio son aquellas que Equipe Media y otros colectivos saharauis logran filmar en secreto y compartir por redes sociales, escondiéndose en las azoteas y casas, y arriesgándose a sufrir graves consecuencias, incluyendo palizas, detenciones, torturas y juicios sumarios. Filman manifestaciones pacíficas que suelen ser atacadas por la policía y el ejército, lesiones e historias de víctimas de la brutalidad policial. La película es una historia sobre cómo estos jóvenes rompen una censura absoluta con imágenes únicas de un lugar impenetrable para el resto del mundo.