Testimonio de Ahmed Sbaai, defensor de los derechos humanos y prisionero político saharaui (Grupo de Gdeim Izik) sobre los diez días que pasó en un váter de la prisión central de Kenitra.
Mientras el mundo se preparaba para conmemorar el Día Internacional de los Derechos Humanos, el Estado marroquí también lo celebró, pero a su manera,
Así, el 4 de diciembre de 2017, fui arrastrado a un pequeño váter, al igual que mi compañero del mismo grupo, Sidi Abdallahi Abbahah, que también fue arrojado a otro váter, no muy lejos de mí. Era un espacio muy pequeño con insectos y olores nauseabundos y un pequeño respiradero que permitía la entrada de frío durante la noche. Estos váteres están en el segundo piso llamado «Barrio del Arrepentimiento». Todos los prisioneros son presos de delito común, que gritan día y noche, golpean las puertas y hay un olor intenso de humo de cigarrillo. A eso, debo añadir que las lámparas estaban encendidas toda la noche. La comida estaba sucia y no me permitieron tener mis pertenencias o cambiar de ropa durante 10 días ni lavarme, no podía distinguir el olor corporal del olor del retrete. Esto sólo agravó mi ya precaria salud porque tengo dificultad para respirar, problemas cardíacos y alergias. Tenía picor en diferentes partes de mi cuerpo. Todas las noches, me ahogaba y no podía encontrar a nadie que me ayudase. Me prohibieron entrar en contacto con mi abogado. Me prohíben tener hojas y una pluma para escribir a las autoridades y organizaciones para que intervengan y me saquen de esta pesadilla. Anuncié que había comenzado una huelga de hambre abierta el primer día y todavía estoy en huelga. Yo tenía hambre y frío, y por encima de todo, no tenía noticias de mi familia que viven en El Aaiún, en el Sáhara Occidental. No pude ver a mi padre durante siete años en violación de la ley penal de la prisión marroquí. 93/28 y de todas las normas y convenciones relativas a los derechos de los prisioneros en relación con sus familias.
Al escribir este testimonio, no puedo expresar todo lo que siento y describir el verdadero sufrimiento que experimenté, tanto el desprecio, y atropello a la dignidad humana como la forma en la que fui metido en ese lugar durante 10 días, especialmente en un país que afirma haber recorrido un largo tiempo camino en el campo de los derechos humanos y busca encubrir su reputación en el exterior.
Espero que con este testimonio mi voz pueda llegar a todas las organizaciones para intervenir y ejercer la presión necesaria sobre el Estado marroquí y poner fin a sus flagrantes violaciones de los derechos humanos cometidas contra los prisioneros políticos saharauis.
Ahmed Sbaai, defensor de los derechos humanos y preso político saharaui, miembro del Consejo de Coordinación de la Asociación Saharaui de Víctimas de Violaciones Serias de Derechos Humanos Cometidas por el Estado Marroquí.
Prisión Central de Kenitra – Numero de prisionero: 29794