PUSL .- En su «discurso del trono», el rey marroquí Mohamed VI declaró, en relación con el Sáhara Occidental, que «Marruecos sigue resuelto y sinceramente comprometido con el proceso político bajo los auspicios exclusivos de las Naciones Unidas», pero en el siguiente párrafo contradice esta declaración al reiterar de inmediato que «la forma de alcanzar el acuerdo deseado no puede ser otra que a través de la plena soberanía marroquí y en el marco de la iniciativa de autonomía».
Una vez más, Marruecos deja en claro que el rey y su séquito están decididos a continuar la ocupación del Sáhara Occidental, que invadieron en 1975. El acuerdo de alto el fuego, como todas las decisiones de la ONU, no es algo a tener en consideración. La única «negociación» válida para Marruecos es rechazar todas las decisiones de la ONU, la Corte Internacional, la Unión Africana y el Tribunal de Justicia de la Unión Europea e implementar el «plan de autonomía». Marruecos no quiere respetar lo que ha firmado, y por alguna razón eso no parece molestar a la ONU y especialmente al Consejo de Seguridad.
De hecho, el discurso es una declaración de «rechazo».
Mohamed VI también declara que está «orgulloso de todo lo que nuestro país ha logrado en las Naciones Unidas y a nivel africano y europeo. Necesitamos permanecer movilizados en todos los sectores para consolidar estos logros y enfrentar las conspiraciones de nuestros adversarios».
El rey tiene motivos para estar orgulloso, Marruecos viola sistemáticamente todas las leyes, pactos y acuerdos sin ninguna sanción o penalización. Marruecos ha firmado el Acta Constitutiva de la Unión Africana violando su Artículo IV, tiene un acuerdo de asociación con la Unión Europea que es contrario a la decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea y tampoco respeta la cláusula de derechos humanos, viola la Convención Contra la tortura y el Protocolo Facultativo de la Convención, las más de 50 resoluciones de la ONU sobre el Sáhara Occidental y el referéndum tampoco se tienen en cuenta.
La comunidad internacional que permite todas estas violaciones está apoyando activamente la ocupación del Sáhara Occidental.
¿Cuál puede ser la respuesta del pueblo saharaui? ¿Cuáles son los sentimientos de la gente en los territorios ocupados cuando leen el discurso de Mohamed VI hablando de «expresiones sinceras y espontáneas de amistad y apoyo expresadas por Marruecos, su Rey y su pueblo, por el equipo de fútbol argelino en la Copa Africana de Naciones, celebrada en nuestro país hermano, Egipto?. Los marroquíes compartieron la alegría y el orgullo del pueblo argelino cuando su equipo nacional ganó merecidamente la Copa. Era como si Marruecos también hubiera ganado «. Cuando, de hecho, las celebraciones en las ciudades ocupadas del Sáhara Occidental fueron transformadas por las fuerzas de ocupación marroquíes en asedio al sitiar a la población y atacar, arrestar y disparar balas contra los saharauis, así como invadir sus hogares (ver video).
Las relaciones con Argelia se mencionaron poco después del Sáhara Occidental en el discurso. Para nuestra sorpresa, Mohamed VI olvida la historia una vez más y declara que «deseo reafirmar nuestro sincero compromiso con la política de la mano extendida a nuestros hermanos argelinos, por la lealtad a los lazos arraigados en la hermandad, la religión, el idioma y el buen vecindario que siempre ha existido entre los pueblos de las dos naciones hermanas». La «Guerra de las Arenas» obviamente no fue una acción de «buen vecino» por parte de Marruecos, que decidió que Tinduf y Béchar deberían ser marroquíes. Las celebraciones marroquíes en la frontera después de la victoria de la CAN tienen que ver con el hecho de que muchos marroquíes tienen familias al otro lado de la frontera y también debido a su necesidad de comercio fronterizo.
Sin embargo, Mohamed VI es consciente del hecho de que la verdadera oposición al terrorismo en el norte de África es Argelia y no Marruecos. El hecho de que la OTAN es consciente de esta realidad, mientras que Marruecos sigue siendo un socio preferido por razones geoestratégicas y alianzas políticas, lleva a la declaración «Ningún país puede enfrentar los desafíos de seguridad y desarrollo a los que nos enfrentamos por si solo».
En resumen, no debe señalarse nada nuevo en este discurso sobre el Sáhara Occidental, y no cabe esperar nada de Marruecos aparte de la continua y feroz y brutal ocupación y el saqueo irracional de todos los recursos del Sáhara Occidental.