PUSL.- Dos años y ocho meses después del último juicio del grupo de presos políticos conocido como el Grupo Gdeim Izik, estos 19 saharauis detenidos en las cárceles marroquíes siguen siendo maltratados.
Los presos políticos en Gdeim Izik siguen sin atención médica, la cual es rechazado en repetidas ocasiones por las autoridades marroquíes, aunque la mayoría sufre de enfermedades crónicas y de otro tipo como resultado de casi diez años de prisión, tortura y aislamiento.
La mayoría de estos prisioneros han estado en aislamiento prolongado desde su dispersión en diferentes cárceles en 2017. Esta forma de castigo se considera una de las peores torturas que no solo tiene un impacto psicológico grave, sino también físico.
Restricciones en el contacto con sus familias debido no solo a las largas distancias que se encuentran las cárceles desde El Aaiún (642 a 1300 km), sino también a la negación arbitraria de los derechos de visita y al hecho de que las llamadas telefónicas se reducen a unos pocos minutos por semana aumentan el factor de aislamiento.
Varios presos estuvieron incomunicados durante un mes, como fue el caso de Sidahmed Lemjeyid y Mohamed Lekhfir detenidos en la prisión de Ait Melloul en noviembre de 2019. Ningún contacto fue establecido con la familia.
La abogada de defensa de estos presos, la francesa Maitre Olfa Ouled,, todavía está esperando la autorización para visitar a sus clientes, ya que fue expulsada de Marruecos en su último intento de visita después del juicio.
Maitre Ouled presentó varias denuncias a nivel nacional en Marruecos, solicitando en repetidas ocasiones asistencia médica y el respeto del derecho básico de los presos a las autoridades judiciales marroquíes, siendo el caso más reciente el de Ait Melloul.
Este grupo de hombres que han sido secuestrados y han estado bajo detención arbitraria desde 2010 en las cárceles marroquíes fue condenado en un juicio militar ilegal en 2013 y juzgado nuevamente en un juicio civil en 2016/2017. El juicio fue el resultado de una decisión del Tribunal de Casación (Tribunal Supremo de Marruecos), que declaró que el juicio anterior no aportó pruebas suficientes más allá de los documentos creados por la policía y las «confesiones» de los acusados.
Todos los acusados declararon repetidamente que todas las confesiones se obtuvieron bajo coacción y tortura y que nada de lo que contenían era cierto desde su primera comparecencia ante el juez de instrucción.
Maitre Ouled explicó al PUSL que el Tribunal de Casación aún no ha dado la decisión final, lo que significa que el caso no está cerrado.