PUSL.- Las diversas comunidades saharauis en Europa están enviando cartas al Presidente de la Asamblea General de la ONU (Embajador Tijjani Muhammad-Bande – Nigeria) repudiando el reciente nombramiento del Embajador Omar Hilale (Representante Permanente de Marruecos ante la ONU) como co-facilitador en el reforma del sistema de tratados de derechos humanos.
PUSL contactó a varios saharauis en la Diáspora que afirman estar indignados por esta nominación, ya que representa «otra prueba de que no se puede confiar en las Naciones Unidas».
Omar Hilale, tiene en su curriculo una vasta experiencia en actividades de corrupción dentro dentro del seno de las Naciones Unidas, como lo han denunciado varias organizaciones no gubernamentales en todo el mundo. A lo largo de los años, el informador Chris Coleman ha publicado numerosos documentos confidenciales intercambiados entre Omar Hilale y el Ministerio de Asuntos Exteriores de Marruecos (http://www.arso.org/ColemanPaper.htm).
«¡Marruecos viola todas las leyes, oprime a un pueblo, detiene y tortura arbitrariamente a los saharauis que protestan pacíficamente! Hay violaciones, obligan a los prisioneros a comer cristales, los ponen en aislamiento eternamente ¿y qué pasa? La ONU coloca al representante de nuestros torturadores en una posición prominente y de influencia directa sobre los diversos organismos de derechos humanos de la ONU que se supone que son los mecanismos que deberían protegernos. ¿Qué justicia es esta? Esto es un escándalo y solo muestra que ¡no podemos confiar en las Naciones Unidas! » dice Mohamed, joven saharaui en Francia.
«Nos piden que negociemos, nos piden que no regresemos a la guerra. ¡Para que esto sea una realidad, no pueden seguir traicionándonos! La ONU ha hecho promesas, Marruecos ha firmado los mismos acuerdos que nosotros. ¿Y qué pasa? Un alto al fuego podrido desde 1991, un acuerdo para celebrar un referéndum que Marruecos boicotea continuamente, una frase repetida una y otra vez sobre «una solución justa» por parte de los miembros de las Naciones Unidas.
La solución justa es disfrutar de nuestros derechos consagrados en el derecho internacional y de los cuales no hay duda: ¡nuestra autodeterminación! «, Dice H., que vive en Bélgica.
Todos los saharauis con los que contactamos nos dicen lo mismo: «¡esto es un ultraje! ¡Poner a Marruecos con acceso y poder sobre el funcionamiento de los mecanismos de derechos humanos es muy grave y nombrar a una persona conocida por sus actos de corrupción es increíble!»