PUSL.- En la madrugada del pasado 9 de septiembre de 2020, 45 inmigrantes del África subsahariana fueron rescatados por el «Salvamar Mizar» a unos 20 kilómetros al sur de Fuerteventura y llevados al puerto de Gran Tarajal.
El barco que salió de El Aaiun, en el Sahara Occidental ocupado, tenía 42 hombres y dos mujeres a bordo, el barco estaba en muy mal estado y se hundió tras el rescate.
Dos de los hombres fueron hospitalizados de inmediato, mientras que al resto de los inmigrantes se les hizo la prueba de Covid-19.
Estos inmigrantes se están uniendo ahora a cientos de personas subsaharianas y otras que han llegado en los últimos meses principalmente desde los territorios ocupados del Sáhara Occidental.
Un gran porcentaje de estos inmigrantes estaban infectados por coronavirus y han sido motivo de gran preocupación no solo para el gobierno local sino también para la población de Fuerteventura.
La llegada de más inmigrantes no es una sorpresa, ya que el gobierno marroquí sigue negando el número real de infectados en los territorios ocupados y el aumento de la ruta migratoria desde El Aaiún y otros lugares cercanos, demuestra que los inmigrantes han entrado sin problemas a través del Red de trata de personas desde Marruecos hasta la zona que tiene la mayor presencia militar y policial marroquí, con controles en todos los accesos.
El 8 de septiembre de 2020 llegaron a la costa canaria cerca de Gran Canaria y Tenerife más de 200 inmigrantes procedentes de África en un total de 8 embarcaciones y el 9 de septiembre 150 inmigrantes.
Cruz Roja tiene un campamento temporal instalado en la zona portuaria de Arguineguín, Gran Canaria, donde se alojaron 400 personas en unas condiciones precarias que dieron lugar a protestas que fueron controladas por la policía local.
Según el diario local online «Fuerteventura Zeitung», el juez Arcadio Diáz Tejera, encargado de controlar la situación en los «Centros de Internamiento de Extranjeros» (CIE) de Canarias, describió las condiciones en las que viven unas 400 personas en el campamento. de Arguineguín como «vergonzoso e inaceptable»: «Esta situación debería haberse evitado, sobre todo porque Canarias lleva meses exigiendo que las instalaciones estatales que están vacías o en desuso se preparen para el alojamiento».
Tejera dice tener la impresión de que el fenómeno intentaba concentrarse en Canarias, porque tendría menos efecto en la población de España en su conjunto.