PUSL.- ISACOM, la ONG saharaui recién fundada en los territorios ocupados del Sahara Occidental, es blanco del Reino de Marruecos, varios de sus miembros tiene sus casas sitiadas.
El 20 de septiembre, ISACOM celebró su asamblea fundacional y eligió a los miembros de la junta que incluyen a Aminetou Haidar como presidenta, entre otros reconocidos defensores de los derechos humanos saharauis de alto nivel. La mayoría de los miembros son ex presos políticos, víctimas de tortura y conocidos por su continua resistencia no violenta.
La Fiscalía marroquí abrió una investigación judicial contra la nueva asociación saharaui «Instancia saharaui contra la ocupación marroquí» (ISACOM), en El Aaiún (capital del Sahara Occidental), por «atentado a la integridad nacional».
La agencia de noticias española EFE informó que la Fiscalía General de la Corte de Apelaciones de El Aaiún dijo que el congreso constituyente de la nueva ONG contenía “una clara incitación a cometer actos contrarios al Código Penal.»
Para Marruecos, incluso pronunciar o escribir «Sáhara Occidental» se considera un ataque a la «integridad territorial del Reino».
Según el Fiscal General de la Corte de Apelaciones de El Aaiún, se tomarán medidas «adecuadas» para preservar el orden público, así como «sanciones legales» adecuadas al delito de atentado contra la integridad territorial de Marruecos.
En su declaración constitutiva, ISACOM llamó a la población saharaui a “cumplir con su deber de luchar mediante una intensa participación en todas las formas de militancia que exigen el fin de la ocupación, la liberación de la tierra y del individuo saharaui y la protección de todos sus derechos».
Marruecos parece temblar ante la unidad de resistencia saharaui que ha estado llevando a cabo acciones no violentas desde el alto el fuego de 1991.
Marruecos teme a las palabras, las declaraciones, las reuniones, los lemas, las asambleas y la publicación de noticias.
El Reino teme a las mujeres y los hombres que hablan sobre el derecho internacional, el derecho humanitario y las resoluciones de la ONU.
Y como un animal herido, Marruecos solo conoce un curso de acción: la violencia