PUSL.- 11 años después del desmantelamiento del campamento de Gdeim Izik, una protesta no violenta que reunió decenas de miles de saharauis durante un mes en los alrededores de El Aaiún, territorios ocupados del Sáhara Occidental, Marruecos sigue torturando a los presos políticos y explorando y robando recursos con la complicidad de la comunidad internacional.
Las Naciones Unidas que asistieron silenciosamente al desmantelamiento, secuestro y tortura de la población saharaui el 8 de noviembre de 2010, siguen sin actuar para proteger a la población.
En las cárceles marroquíes más de 50 presos políticos se consumen, son víctimas de tortura, malos tratos y aislamiento.
El grupo de presos políticos de Gdeim Izik, disperso por prisiones marroquíes, sufre represalias diarias a pesar de los llamados repetidos de Amnistía Internacional, Human Rights Watch y otras ONGs para que se respeten derechos más elementales de estos presos.
Las familias de los presos de Gdeim Izik siguen siendo víctimas de represalias, incluso los hijos e hijas menores de estos héroes saharauis.