(SPS)-. La ministra de Asuntos Sociales y Promoción de la Mujer, Sr. Sueilma Beiruk, envió este viernes cuatro mensajes a organismos internacionales, con motivo del Día Internacional de los Derechos Humanos en la que llama su atención sobre la gravedad de la situación humanitaria que vive la defensora de derechos humanos saharaui Sra. Sultana Jay-ya y su familia desde hace más de un año.
Las cuatro misivas giradas al Alto Comisionado para los Derechos Humanos, al Presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja, al Presidente de la Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos y Enviada Especial para la Mujer, la Paz y la Seguridad de la Unión Africana, llevan la denuncia de todas las mujeres saharauis por la represión desatada en las ciudades ocupadas saharauis tras la reanudación de la guerra con Marruecos.
La ministra denunció las continuas prácticas por parte del estado de ocupación marroquí contra la familia Ahl Jay-ya, y señaló que la activista saharaui Sultana y su hermana Luaara habían sido violadas, torturadas y abusadas varias veces a la vista de la comunidad internacional sin ninguna interferencia.
La responsable saharaui deploró el silencio internacional sobre la deplorable situación de los derechos humanos en la Zonas Ocupadas y la incapacidad de la comunidad internacional para presionar a la potencia ocupante para que ponga fin a su política de terror en las ciudades ocupadas saharauis.
La activista saharaui quien se encuentra en arresto domiciliario impuesto por las fuerzas de ocupación marroquíes que ya dura un Año y en la que familia ha recibido todo tipo de tortura psicológica y física, ha repetido en varias declaraciones que la situación en las Zonas Ocupadas es alarmante e insostenible.
En declaraciones a la prensa, la activista icono de la resistencia, dijo que “Marruecos ha desatado una frenética campaña de represión, persecución y acoso a activistas de derechos humanos y sus familias. Secuestro, detención arbitraria, allanamientos de casas. Maltratos, vigilancia, arrestos, torturas y desapariciones. Restringe la libertad de movimiento de activistas y profesionales de los medios de comunicación, además del deterioro de las condiciones de los presos civiles saharauis en las cárceles marroquíes .Pobreza extrema, privaciones, marginación y racismo”