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Por Júlia Maciel – JPN .-Pedro Sánchez justifica el acercamiento con la “integridad territorial” de España, pero un representante del Frente Polisario dice que el Gobierno español “sucumbió al chantaje marroquí” e informa sobre la perspectiva del pueblo saharaui. Un investigador del Centro de Estudios Africanos también habló sobre la situación de la región.
“Una nueva etapa mucho más sólida”. Así es como el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, aludió a un acercamiento político entre Madrid y Rabat en una conferencia de prensa el 23 de marzo en Ceuta. El discurso del presidente del Gobierno da a entender que el gobierno español acepta las ideas marroquíes sobre el contencioso territorial del Sáhara Occidental. Sidi Omar, representante del Frente Polisario -movimiento que lucha por la independencia del Sáhara Occidental- afirma que “el pueblo saharaui se siente traicionado una vez más por el actual gobierno español” tras esta decisión.
“Creo que todos los resultados de estas negociaciones son un buen resultado para España y Marruecos”, dijo el presidente del Gobierno español. Como resultado de este fortalecimiento de las relaciones, Sánchez mencionó la protección de la integridad territorial, así como el control migratorio.
En la misma semana, José Manuel Albares, ministro español de Asuntos Exteriores, defendió la posición de Moncloa ante el Parlamento, diciendo que la nación “tiene que dejar de ser un espectador y hablar internamente sobre la cuestión del Sáhara e internacionalmente para resolver un problema que ha durado 46 años”.
Hace dos semanas, Pedro Sánchez habría apoyado el plan marroquí de autonomía para el Sáhara Occidental y considerado la propuesta “como la base más seria, realista y creíble para resolver el contencioso”, según la noticia dada por el gobierno de Rabat. Aunque la Casa Real marroquí afirmó que la declaración fue enviada desde España por carta al rey Mohamed VI, Madrid no ha confirmado la veracidad del mensaje.
“Nuestro objetivo es construir una nueva relación, basada en la transparencia y la comunicación permanente, el respeto mutuo y los acuerdos firmados por ambas partes, así como abstenerse de cualquier acción unilateral, en consonancia con la importancia de todo lo que compartimos”, dice el comunicado citado por Marruecos.
La declaración pondría fin a cuatro décadas de neutralidad española en el conflicto entre el Sáhara Occidental y Marruecos, que se prolonga desde 1975. El país europeo, que sigue siendo considerado la potencia administrativa colonial del Sáhara, ha defendido un referéndum de autodeterminación previsto por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que decidiría el futuro del territorio. Ahora, la decisión de apoyar el plan de autonomía no sólo reconoce la soberanía del reino alauita sobre el pueblo saharaui (pueblo autóctono del Sáhara Occidental), sino que supone un cambio sustancial en la política española.
En respuesta, el representante del Frente Polisario -movimiento independentista creado en 1973 para luchar contra la ocupación española en el antiguo Sáhara español- ante las Naciones Unidas y coordinador de la Misión de las Naciones Unidas para el referéndum en el Sáhara Occidental (Miurso), Sidi Omar, afirma que “el pueblo saharaui se siente traicionado una vez más por el actual gobierno español de la misma manera que España traicionó a nuestro pueblo en 1975 mediante los infames llamados Acuerdos de Madrid por los que España entregó ilegalmente el Sáhara Occidental a Mauritania y Marruecos”.
“La traición es mucho más profunda ya que este mismo gobierno sigue declarando su apoyo a una solución pacífica en el marco de las Naciones Unidas mientras anuncia su apoyo a la propuesta expansionista de Marruecos. El gobierno español debería poner fin a esta incoherencia que ha minado gravemente su credibilidad a los ojos no sólo del pueblo saharaui sino también de la mayoría de los pueblos españoles”, subraya Sidi Omar.
El diplomático afirma que, a pesar de no entender del todo que el gobierno español “sucumba tan fácilmente al chantaje marroquí”, la postura adoptada sólo sirve para animar a Marruecos a persistir y consumar una “ocupación ilegal” en el Sáhara Occidental, para “dañar” los planes del programa de paz de la ONU “estancados desde hace tiempo”. En cuanto al progreso de las negociaciones con Rabat, Sidi Omar afirma que el pueblo saharaui ya ha hecho muchas concesiones a lo largo del tiempo, pero que Marruecos “nunca ha tenido la voluntad política de encontrar una solución pacífica y duradera” y anhela la “irresolución” del conflicto. “Cuando se habla del proceso de paz de la ONU, Marruecos sólo está interesado en que el proceso continúe indefinidamente pero sin ninguna perspectiva de paz”, declara.
“Para nosotros, la lucha armada nunca ha sido un fin, sino un medio para defendernos y defender nuestros derechos. Mientras persista la ocupación ilegal marroquí de partes de nuestro país, seguiremos resistiendo a la ocupación por todos los medios legítimos”, asegura. “Nuestro pueblo nunca dejará de resistir la ocupación ilegal de Marruecos y continuará su lucha por todos los medios legítimos para ejercer nuestro derecho inalienable y no negociable a la autodeterminación y la independencia”.
La investigadora del Centro de Estudios Africanos de la Universidad de Oporto (CEAUP), Isabel Lourenço, afirma que “la posición de Sánchez es completamente ilegal, según el derecho internacional, según la propia legislación española” y va en contra del discurso del propio presidente del Gobierno y de su partido político, “que en su programa defendía el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui”.
Una historia antigua
Las historias de España y el Sáhara Occidental se cruzaron en 1883, cuando la potencia europea ocupó el territorio saharaui. Diez años después, se creó el Frente Polisario (acrónimo de “Popular de Liberación de Saguía el Hamra y Río de Oro”), un movimiento político y revolucionario contra la ocupación hispana.
Sin embargo, el enfoque del movimiento cambió en 1975, cuando España concedió las competencias administrativas del país africano a Marruecos. A partir de entonces, el Frente Polisario se enfrentó a Marruecos en un conflicto armado hasta 1991, cuando se decretó un alto el fuego y se acordó un referéndum con las Naciones Unidas para debatir la autodeterminación del Sáhara Occidental, algo que nunca ocurrió.
Fue entonces, en 2007, cuando Marruecos propuso un plan de autonomía que preveía un gobierno saharaui sometido al gobierno marroquí, que controlaría los ejércitos militares, los asuntos exteriores, los órganos legislativos y la religión. El Frente Polisario nunca aceptó la propuesta.
Isabel Lourenço comenta que “esta ‘locura’ expansiva y el sueño del gran Marruecos están impulsados, sobre todo, por el consumo interno para unificar al pueblo y demostrar que es fuerte” y que “la posición de Marruecos es la autonomía o el autonomismo, sin espacio para más nada”.
El investigador señaló que, en la actualidad, la situación de los saharauis es “alarmante”, tanto dentro como fuera del Sáhara Occidental. Esto se debe a que los actos violentos se “profieren indiscriminadamente” contra los niños, mujeres y hombres saharauis, que están sometidos a una condición de “apartheid social, económico y político”.
Además, Isabel Lourenço alude al fin del alto el fuego el año pasado, por parte de Marruecos, así como a la existencia de un muro de arena con más de tres mil kilómetros de longitud, que no sólo separa los territorios ocupados de los liberados, sino que contribuyó a frenar el avance de la población saharaui y a “expandir la ocupación marroquí” en el país.
“La situación en los territorios ocupados es muy preocupante. Tenemos el caso de Sultana Khaya, que pasó más de quinientos días -y sigue- con un asedio alrededor de su casa, donde vive con su hermana y su madre. La casa fue asaltada varias veces y las dos niñas fueron violadas y atacadas con productos químicos. Su madre ha sido atacada varias veces. Tampoco tienen electricidad ni agua, y [las tropas marroquíes] sólo permiten la compra de alimentos en porciones muy pequeñas, por lo que pasan hambre”, dice el experto.
Sobre los saharauis que permanecen en el Sáhara Occidental y que siguen viviendo bajo la ocupación, Sidi Omar revela que “están sometidos a una represión constante por parte de las autoridades marroquíes” y que el país es hoy “la mayor cárcel del mundo porque está precintada, y no se permite la entrada de ningún observador internacional ni de los medios de comunicación porque Marruecos teme que el mundo se entere de las atrocidades que está cometiendo”.
Por otra parte, desde 1975 muchos saharauis han huido del conflicto y se han refugiado en Argelia, donde se encuentran hasta hoy. El representante del Frente Polisario afirma que, incluso con recursos limitados, los refugiados saharauis “pueden enorgullecerse de haber construido una sociedad moderna que aprecia y promueve los valores de la justicia social, la democracia, la tolerancia y el estado de derecho”, refiriéndose a ella como “una de las sociedades más educadas de África”.
Sin embargo, Isabel Lourenço considera que, a pesar de la enorme organización presente en los campamentos, la vida de un refugiado saharaui es una vida “completamente en stand-by”. “Nacen mirando la arena y mueren mirando la arena, porque están en medio de la nada, en medio del desierto”, afirma. En este sentido, Sidi Omar reconoce que “los refugiados saharauis lo son no por ninguna catástrofe natural o similar, sino porque Marruecos invadió y ocupó ilegalmente su país. Nunca han perdido la esperanza de volver a su patria y vivir en libertad y paz”.
El futuro cercano del Sahara Occidental
Sidi Omar garantiza que los saharauis creen “firmemente” que la mesa de negociaciones es “el único medio a través del cual nosotros y nuestro vecino del norte, Marruecos, podríamos alcanzar una solución pacífica, justa y duradera al conflicto”. La política de “fuerza bruta que Marruecos lleva a cabo desde hace décadas no lleva a ninguna parte, salvo a la guerra, a la destrucción y a una mayor tensión en la región”. Según Omar, “es hora de dialogar para conseguir la paz”. En consenso, Isabel Lourenço también afirma que, si no hay una resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, habrá una “intensificación de la guerra”.
“Cualquier pueblo que sea atacado nunca dejará de defender su hogar. A los soldados del otro bando se les paga para que ataquen, no defienden su hogar. Y los saharauis no van a dejar que la situación continúe, porque no tienen nada que perder. Y no hay nada peor que alguien que no tiene nada que perder”, afirma el investigador.
Por otro lado, Isabel Lourenço alaba la estrategia de resistencia no violenta del pueblo del Sáhara Occidental, que ha durado más de 30 años. “Esto debe ser un ejemplo, hay que elogiarlo y dar el siguiente paso para que [los saharauis] tengan realmente su país, porque han intentado por todos los medios evitar una guerra. Esto es único. Creo que es uno de los grandes activos de este pueblo, además de la unidad, el amor que tienen por la paz”, afirma. En esta perspectiva, el coordinador de la Minurso expresa que, “como hemos demostrado con hechos y palabras, somos un pueblo pacífico y lo único que queremos es ejercer nuestro derecho inalienable e internacionalmente reconocido a vivir en paz y libertad en nuestra patria”.
En cuanto al apoyo internacional, Sidi Omar afirma que lo mínimo que esperan es que los países occidentales “respeten los principios de los derechos internacionales”. Para el representante del Frente Polisario. “Es el deber de todos los países respetuosos de la ley en el mundo no participar en ningún acto o en cualquier forma de ayuda que pueda tener el efecto de consolidar la ocupación ilegal marroquí de partes del Sáhara Occidental”.
En apoyo de la República Árabe Saharaui Democrática, Argelia (país en el que se encuentran varios campamentos de refugiados saharauis) retiró a su embajador de Madrid y modificó su constitución para permitirle participar en acciones militares al otro lado de la frontera.
Esta semana se han celebrado manifestaciones populares en toda España, tras la postura de Moncloa. Unas dos mil personas se manifestaron el sábado en Madrid para apoyar al Sáhara Occidental y exigir su autodeterminación, mostrando su apoyo a los saharauis. También se produjeron protestas en las capitales canarias, Tenerife y Las Palmas, en las que se reclamó el paso por las urnas como solución legítima al conflicto.