Los medios de comunicación deben destacar la situación del Sáhara Occidental

Por Sara Saidi .- El Sáhara Occidental es un territorio de 250.000 kilómetros al sur de Marruecos que es uno de los 17 territorios clasificados como no autónomos por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Desde hace más de 45 años, el reino cherifiano -que considera el Sáhara Occidental como sus «provincias del sur»- está en conflicto con el Frente Polisario (independentistas saharauis), que denuncia la ocupación marroquí del territorio. Desde el alto el fuego de 1991 -rompido de nuevo en noviembre de 2021- los saharauis esperan en vano la organización de un referéndum de autodeterminación, previsto por la creación de la MINURSO (Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara Occidental).

«El Sahara Occidental es un agujero negro de información

En cuanto a la libertad de prensa, Reporteros sin Fronteras (RSF) habla de «un territorio aislado del mundo, un verdadero agujero negro de la información, que se ha convertido en una zona sin ley para los periodistas. Repulsión de periodistas extranjeros, agresiones y detenciones de saharauis y, sobre todo, un gran tabú sobre la cuestión del Sáhara Occidental…

Para acabar con este silencio e informar a la comunidad internacional sobre las violaciones de los derechos humanos e internacionales por parte de Marruecos, un grupo de activistas saharauis y periodistas aficionados decidieron crear el Equipo de Medios de Comunicación en 2009. Hoy, con 25 voluntarios, es uno de los únicos medios de comunicación que cubren la represión de Marruecos en el Sáhara Occidental. Equipe Media quiere dar una visión del Sáhara Occidental diferente a la del régimen marroquí:

«Nuestro objetivo es encontrar un espacio en los medios de comunicación internacionales y en las organizaciones internacionales para, por un lado, refutar la propaganda marroquí y, por otro, dar voz a los oprimidos», explica Ahmed Ettanji, de 33 años, miembro de Equipe Media.

Víctimas y testigos, los periodistas del Media Team informan arriesgando sus vidas: «Somos periodistas criminalizados, trabajamos de forma ilegal y clandestina porque producimos información que Marruecos no quiere mostrar. La mayoría de nuestros vídeos de intervenciones policiales se graban desde los tejados porque no podemos trabajar en la calle y tener una cámara en la mano. Nos arriesgamos a pasar varios años en prisión», explica Ahmed Ettanji.

Tortura, represión, prisión

En noviembre de 2020, mientras se preparaba para celebrar su boda, Ahmed Ettanji vio cómo la policía impedía que los invitados se reunieran para la ceremonia: «Pusieron a mi familia bajo arresto domiciliario y a la de mi mujer también.» En otra ocasión, para asistir a una conferencia de Reporteros sin Fronteras en Europa, y a pesar de tener visado, su mujer tuvo que pasar primero por Mauritania para llegar a Canarias, ya que las autoridades marroquíes no le permitieron volar directamente desde El Aaiún. Los periodistas de Team Media son reprimidos con regularidad y algunos también son detenidos: «Sufrimos torturas, agresiones, vigilancia constante, confiscación de nuestros equipos y muchos de nuestros compañeros están en la cárcel», se lamenta Ahmed.

En su informe de 2019, RSF también presenta el caso de varios periodistas y activistas detenidos por las autoridades marroquíes. «Mohamed Mayara es uno de los fundadores de Équipe Media y también un defensor de los derechos humanos. El 13 de enero de 2019 fue detenido por un grupo de ocho policías en el aeropuerto de El Aaiún. A continuación, fue detenido y golpeado sin explicación alguna. Regresaba de una visita a los campos de refugiados con la conocida activista Aminatu Haidar (…) Mayara, tras ser interrogado sobre su visita a los campos de refugiados y su trabajo en Team Media, abandonó el aeropuerto sin cargos, pero con un moratón en la cara como prueba de su detención arbitraria y sus golpes. No era la primera vez que este periodista era acosado por las autoridades marroquíes», dijo.

Para Ahmed Ettanji, la situación se ha deteriorado para los saharauis desde la ruptura del alto el fuego en noviembre de 2021 y la decisión de Trump de reconocer la soberanía de Marruecos sobre el Sahara Occidental en 2020. Pero, explica, «si no nos sacrificamos, la situación empeorará. Para nosotros es un deber informar al mundo sobre la explotación de los recursos naturales, sobre la represión, porque si no hacemos nada, ¿quién sabrá lo que nos pasa? O callamos y vivimos como esclavos, o denunciamos y somos perseguidos», concluye.