Marcha Verde, 47 años de ocupación militar ilegal y genocidio

PUSL.- Oiremos y leeremos muchas cosas sobre la Marcha Verde que no se ajustan en absoluto a la verdad y no son más que una ficción destinada a engañar y reescribir la historia blanqueando el atroz crimen de la colonización.

La Marcha Verde no fue pacífica, ni fue una «protesta popular». Fue una maniobra militar para invadir un territorio perpetuado por Marruecos.

La Marcha Verde en sí no fue más que una instantánea estratégica.

En primer lugar, los «participantes civiles en la marcha» recorrieron sólo diez kilómetros más allá de las fronteras oficiales.

En segundo lugar, antes de la marcha, el rey Hassan negoció tranquilamente un acuerdo de alto el fuego con los soldados españoles.

En tercer lugar, la propia marcha sirvió para desviar la atención de objetivos estratégicos más serios, distrayendo a las tropas españolas mientras el ejército marroquí tomaba dos ciudades saharauis más al sur.

Los invasores marroquíes llevaban fotografías de su rey y del Corán, así como banderas que representaban a Marruecos, Jordania, Estados Unidos y Arabia Saudí. Todo ello proporcionado por los militares marroquíes que acompañan a los «civiles» para dar «apoyo logístico».

La marcha se denominó Marcha Verde por la importancia religiosa del color verde, que simboliza el Islam. De este modo, Hassan II consiguió una imagen digna de cualquier película de Hollywood y demostró a Marruecos y al mundo el apoyo que tenía y legitimó la invasión como un deber religioso y del agrado de los países cuyas banderas se desplegaron.

Marruecos, que estaba al borde de la ruptura social, se unificó así con un propósito común que no tenía nada que ver con «la liberación de los hermanos saharauis» y otros argumentos falaces que dolorosamente hemos tenido que escuchar año tras año de la maquinaria de propaganda marroquí.

La «liberación» de hermanos y hermanas no se consigue bombardeando a estos «familiares» con napalm y fósforo blanco. Parece de sentido común y no merece ni necesita mayor explicación.

Con la marcha verde, el régimen marroquí desvió la atención de la verdadera invasión que comenzó unos días antes, el 31 de octubre, cuando los tanques y el regimiento blindado del ejército marroquí invadieron el Sáhara Occidental, partiendo de Hauza y Djederia (al este de Smara), destruyendo, matando y secuestrando a la población saharaui.

España, tenía claras obligaciones como metrópoli y, según el derecho internacional, no las cumplió. La actitud de España y su falta de dignidad fue una traición al pueblo saharaui que aún hoy sufre la ocupación y el exilio.

Han pasado 47 años, 16 años de la primera guerra, 29 años de la firma del acuerdo de alto el fuego, 2 años de la ruptura del alto el fuego y dos años de la segunda guerra, pero el pueblo saharaui sigue esperando que la comunidad internacional haga cumplir a Marruecos el acuerdo de celebrar el referéndum en 1992 y su legítimo e inalienable derecho a la independencia.

Una vergüenza para el mundo, una vergüenza para España y una vergüenza para el continente africano, la última colonia de África que a día de hoy espera justicia y cuyo pueblo resiste pacíficamente, es un ejemplo de la ineficacia de las Naciones Unidas y de la corrupción mundial que permite a Marruecos seguir explotando, oprimiendo y manteniendo en un brutal régimen de Apartheid a la población saharaui en los ricos territorios ocupados mientras en los campamentos de refugiados los saharauis esperan al otro lado del muro una solución que no está en la agenda mundial.