Marruecos continúa siendo foco de preocupación en el ámbito de los derechos humanos, especialmente en los territorios ocupados del Sahara Occidental, según el informe de Human Rights Watch (HRW) para el año 2024. Las denuncias presentadas revelan un patrón constante de violaciones, con activistas saharauis enfrentando diversas formas de represión, incluyendo amordazamiento, acoso, vigilancia y condenas a largas penas de prisión impuestas por las autoridades marroquíes de ocupación.
El informe arroja luz sobre casos específicos, como el de los 19 saharauis del grupo Gdeim Izik, quienes siguen tras las rejas después de juicios injustos en 2013 y 2017. HRW destaca la preocupante falta de investigaciones rigurosas en torno a las alegaciones de tortura durante la obtención de confesiones a la policía, subrayando así la vulneración de los derechos fundamentales de los activistas.
La atención también se centra en la visita del Enviado Personal del Secretario General de la ONU para el Sáhara Occidental, Staffan de Mistura, en septiembre del año pasado, así como en las «misiones constructivas» anunciadas por el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos en marzo de 2023. Estos eventos marcan un hito, ocurriendo casi ocho años después de la última visita del representante de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
El informe recuerda la situación política del Sáhara Occidental, designado como «territorio no autónomo» por la ONU, que fue ocupado por Marruecos en 1975 tras la retirada de los españoles. Además, resalta el acuerdo de alto el fuego negociado en 1991 entre Marruecos y el Frente Polisario, el único representante reconocido del pueblo saharaui, como preparación para un referéndum de autodeterminación que aún no se ha celebrado.
En el análisis de la situación de los derechos humanos en Marruecos, el informe destaca el caso de 40 activistas del movimiento de protesta del Rif, detenidos arbitrariamente desde 2017 por expresar su descontento con las condiciones socioeconómicas locales. Entre los detenidos se encuentra Nasser Zefzafi, líder del Hirak.
Adicionalmente, HRW critica a Marruecos por la falta de una «investigación creíble e independiente» y la ausencia de una compensación adecuada para los supervivientes y familiares de las víctimas de la tragedia de solicitantes de asilo y migrantes que fueron brutalmente asesinados en la frontera entre Marruecos y el enclave español de Melilla en junio de 2022.
En resumen, el informe de HRW destaca las persistentes violaciones a los derechos humanos en el Sáhara Occidental, subrayando la necesidad urgente de medidas internacionales para abordar estas preocupaciones y garantizar un respeto más sólido de los derechos fundamentales en la región.