LONDRES – Marruecos continúa beneficiándose de la explotación ilegal de fosfatos en el Sáhara Occidental ocupado, según denunció el miércoles International Western Sahara Resource Watch (WSRW). Durante el 2023, se exportaron 1,6 millones de toneladas de este mineral desde el territorio.
En su reciente informe, el WSRW reveló que un total de 29 barcos transportaron 1,6 millones de toneladas de fosfato desde el Sáhara Occidental en 2023, lo que representa un aumento respecto a los 1,23 millones de toneladas exportadas en 2022. Este mineral es una fuente principal de ingresos para el gobierno marroquí en la región.
Aprovechando el aumento de precios del fosfato, impulsado por el conflicto en Ucrania y la creciente demanda post-pandemia, la Oficina de Fosfato Cherifian (OCP) reportó beneficios netos de 1.400 millones de dólares en 2023, provenientes de estas exportaciones ilegales. La OCP controla Fosbucraa, una empresa española establecida en 1968 para el desarrollo de minerales en el Sáhara Occidental.
Desde 2021, Marruecos ha realizado significativas inversiones en el puerto y en las instalaciones mineras de Bou Craa. Estas inversiones buscan transformar el fosfato bruto en productos de mayor valor, lo que potencialmente hará el comercio aún más rentable. Según el WSRW, los ingresos del fosfato de Bou Craa han aumentado considerablemente desde el inicio del conflicto en Ucrania.
El valor exacto del comercio es difícil de determinar, pero el WSRW estima que podría alcanzar los 400 millones de dólares en 2023. El observatorio insta a las empresas involucradas a cesar las compras y transportes de fosfatos del Sáhara Occidental hasta que se resuelva el conflicto, señalando que en 2023 hubo un número récord de clientes que dejaron de comprar este fosfato.
La Asamblea General de la ONU, en su resolución 63/102 de diciembre de 2008, establece que el pueblo saharaui es el único propietario de estos recursos naturales, con derecho exclusivo a explotarlos. Sin embargo, Marruecos continúa explotando estas minas en contravención de la resolución 1514 de la ONU y el pacto de derechos económicos, sociales y culturales.
Actualmente, Marruecos controla el 31% del mercado mundial de fosfatos gracias a la explotación ilegal de las minas en Bou Craa, que posee reservas estimadas en 3 mil millones de toneladas. Estas minas cubren una extensión de 250 km².
El Frente Polisario, con el apoyo de unas cuarenta organizaciones internacionales, incluyendo el WSRW, ha logrado bloquear en el pasado puertos en Panamá y el Cabo de Buena Esperanza para impedir el transporte de fosfato saharaui.
La explotación ilegal de fosfato en el Sáhara Occidental por parte de Marruecos continúa siendo una fuente significativa de ingresos para el gobierno marroquí, a pesar de las denuncias internacionales y las resoluciones de la ONU. La comunidad internacional, liderada por organizaciones como el WSRW, sigue presionando para detener esta práctica y respetar los derechos del pueblo saharaui sobre sus recursos naturales.