El Comité para la Defensa del Derecho del Pueblo Saharaui a la Autodeterminación (CODAPSO) denuncia una nueva ola de demoliciones de viviendas y propiedades en El Aaiún ocupado, calificando estas acciones como una violación grave de los derechos humanos y del derecho internacional.
El Aaiún ocupado – El Comité para la Defensa del Derecho del Pueblo Saharaui a la Autodeterminación (CODAPSO) emitió el martes una contundente condena contra las autoridades de ocupación marroquíes, acusándolas de llevar a cabo una intensa campaña de demolición de propiedades en la ciudad ocupada de El Aaiún y sus alrededores. En su comunicado, CODAPSO calificó estas acciones como «terroristas», afirmando que representan una clara violación de los derechos del pueblo saharaui y de la legislación internacional.
Según CODAPSO, las demoliciones, que comenzaron en febrero y continúan hasta la fecha, han afectado gravemente a numerosas familias saharauis. Las viviendas destruidas, así como los edificios que albergaban ganado y aves de corral —fuentes esenciales de sustento para las familias—, se encontraban en varios barrios, incluidos «Laburkou», «Diridik», la calle «Dar Al Salam» y el «nuevo mercado de Ruhaiba». Además, chozas ubicadas junto al mar también fueron incendiadas y demolidas.
Estas acciones, denuncia CODAPSO, tienen como objetivo intimidar a la población saharaui, presionándola para que acepte la ocupación y la política de colonización de Marruecos. «Freedomsun», una organización dedicada a la protección de los defensores saharauis de los derechos humanos, ha recopilado numerosos testimonios de las víctimas de estas demoliciones, señalando que esta práctica se ha convertido en una estrategia sistemática de las fuerzas de ocupación para «restringir y asfixiar» a los saharauis.
Contexto de Represión Sistemática
Las operaciones de demolición no son un hecho aislado, sino que se inscriben en un contexto más amplio de represión contra la población saharaui. Las autoridades marroquíes han aplicado en otras zonas ocupadas, como Smara y Oued Es-Saguiya, estrategias similares para desalentar cualquier resistencia a la ocupación. Según «Freedomsun», estas prácticas violan flagrantemente el artículo 33 del Cuarto Convenio de Ginebra, que prohíbe los castigos colectivos y las represalias contra personas protegidas y sus bienes.
Las demoliciones se suman a otras violaciones graves de derechos humanos cometidas en el Sáhara Occidental ocupado, que incluyen ataques contra manifestantes pacíficos, la suspensión arbitraria de salarios, la prohibición de reuniones y severas restricciones a la libertad de movimiento. Estas medidas, que buscan doblegar la resistencia saharaui, han sido condenadas por organizaciones internacionales de derechos humanos.
Inacción de la Comunidad Internacional
A pesar de la claridad de estas violaciones, CODAPSO lamenta que la comunidad internacional haya permanecido inerte, sin tomar medidas efectivas para proteger a los civiles saharauis. El Cuarto Convenio de Ginebra obliga a los Estados a actuar frente a este tipo de abusos, pero hasta ahora no se ha observado una respuesta adecuada por parte de los organismos internacionales.
El secretario general de la ONU, António Guterres, subrayó en su más reciente informe que la falta de acceso a información directa y la ausencia de un seguimiento independiente y regular de la situación de los derechos humanos en los territorios ocupados obstaculizan una evaluación precisa de la crisis. Guterres señaló que la negativa de Marruecos a permitir el acceso de representantes del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos impide una observación imparcial de los hechos sobre el terreno.
Las continuas demoliciones de viviendas saharauis y las violaciones de derechos humanos en El Aaiún y otras áreas ocupadas representan un preocupante patrón de represión y asfixia sistemática por parte de Marruecos. A pesar de la gravedad de la situación, la comunidad internacional ha sido incapaz de actuar de manera efectiva para frenar estos abusos. Mientras tanto, el pueblo saharaui sigue enfrentando desafíos cada vez mayores en su lucha por la autodeterminación y la protección de sus derechos fundamentales bajo la ocupación marroquí.