Marruecos ha reconocido a la RASD en varias ocasiones

Madrid – A pesar de sus intentos por bloquear la participación de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) en eventos internacionales, Marruecos ha reconocido formalmente en diversas ocasiones la existencia de esta nación, según destacó recientemente el periódico español El Independiente. La diplomacia marroquí fracasó en su último intento de excluir a la RASD de la IX Conferencia Internacional de Tokio sobre Desarrollo Africano (TICAD), lo que subraya las complejidades de la relación entre ambos actores en el escenario internacional.

Reconocimientos públicos y contradicciones diplomáticas

En un artículo titulado «Cuando Marruecos reconoció a la República Saharaui», el diario madrileño analiza el más reciente revés diplomático sufrido por el régimen marroquí durante la reunión ministerial de la TICAD, celebrada en Japón el pasado fin de semana. A pesar de los esfuerzos de un delegado marroquí para expulsar al representante saharaui, los organizadores reafirmaron el derecho de todos los miembros de la Unión Africana (UA), incluida la RASD, a participar en el evento.

Este episodio se produjo tras la suspensión temporal de la reunión preparatoria debido a la disputa entre ambas delegaciones. Sin embargo, el comunicado final de la TICAD dejó claro que la RASD tenía pleno derecho a asistir al encuentro, lo que fue corroborado por una imagen difundida por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Japón, donde se observa al representante saharaui durante la sesión de clausura con su correspondiente identificación.

El artículo también refuta las alegaciones emitidas por algunos medios de comunicación marroquíes, quienes aseguraban que la RASD no había sido invitada a la conferencia. Estas afirmaciones, señala El Independiente, fueron desmentidas por la presencia visible y registrada del delegado saharaui en las sesiones.

Un reconocimiento formal en 2017

El periódico español destaca que, en contraste con estos intentos de excluir a la RASD, Marruecos ha reconocido formalmente la existencia de la República Saharaui en el pasado, incluso de manera pública. En 2017, el régimen de Mohammed VI aceptó de manera oficial a la RASD como miembro de la UA como requisito para su propio retorno a la organización, de la que había salido en 1984 en protesta por la admisión de la RASD como miembro.

El proceso de reincorporación de Marruecos a la UA implicó la firma del acta constitutiva de la organización panafricana, que incluye a todos los Estados miembros, entre ellos la RASD. Este reconocimiento está documentado en el número 6359 del Diario Oficial de Marruecos, publicado el 31 de enero de 2017, donde se menciona al «presidente de la RASD» como parte de los miembros de la UA.

Este no fue el único caso. Según el artículo, Hassan II, padre del actual rey Mohammed VI, también reconoció implícitamente a la RASD en 1989 cuando aceptó la celebración de un referéndum de autodeterminación para resolver la cuestión saharaui, como parte de un intento de encontrar una solución pacífica a la disputa territorial.

Implicaciones de la postura de Marruecos

El reconocimiento de la RASD por parte de Marruecos, tanto en el pasado como en el presente, evidencia las tensiones y las contradicciones en la estrategia diplomática del país. Por un lado, Marruecos sigue manteniendo un control efectivo sobre el Sáhara Occidental, considerado por la ONU como un territorio no autónomo pendiente de descolonización. Por otro lado, el propio Marruecos ha tenido que reconocer la existencia de la RASD en diversos foros internacionales debido a las condiciones impuestas por la UA y otros actores multilaterales.

El reconocimiento de la RASD en el contexto de la UA también subraya la realidad de que la cuestión saharaui sigue siendo el último conflicto de descolonización pendiente en África, con importantes implicaciones geopolíticas y diplomáticas. A pesar de los intentos de Marruecos por limitar el papel de la RASD en la arena internacional, el reconocimiento de la República Saharaui por parte de la comunidad internacional, incluido el propio Marruecos, sigue siendo un hecho consumado.

El caso de la RASD y su reconocimiento por Marruecos refleja una compleja red de desafíos diplomáticos y políticos. A pesar de los esfuerzos del régimen marroquí por minimizar la influencia de la República Saharaui, su reconocimiento formal dentro de la Unión Africana y en otros foros internacionales evidencia una realidad difícil de revertir. La tensión entre el control efectivo del territorio y el reconocimiento de su estatus como entidad independiente marca una encrucijada para la diplomacia marroquí, que debe enfrentarse a las consecuencias de sus propias decisiones en el ámbito internacional.

POR UN SAHARA LIBRE .org - PUSL
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