París – Michèle Decaster, secretaria general de la Asociación Francesa de Amistad y Solidaridad con los Pueblos de África (AFASPA), ha expresado duras críticas hacia el presidente francés, Emmanuel Macron, por su respaldo al plan marroquí de autonomía para el Sáhara Occidental. Decaster ha señalado que esta postura no sólo mantiene a Francia atada a su historia colonial, sino que también “sirve a los intereses comerciales de los círculos empresariales”. La activista denuncia que el presidente está más centrado en proteger los intereses de las grandes empresas que en defender los principios universales.
Una Herencia Colonial Inquebrantable
En un artículo publicado en el diario «L’Humanité», Decaster recordó que la política francesa sigue profundamente marcada por su pasado colonial de casi dos siglos, aludiendo a la incapacidad del país de aplicar valores universales a todos los pueblos. En particular, criticó la carta enviada por Macron al rey de Marruecos en julio, donde el mandatario francés afirmaba que el futuro del Sáhara Occidental debía desarrollarse bajo soberanía marroquí, en una clara alusión al apoyo de París al plan de autonomía promovido por Rabat.
Para Decaster, esta decisión es parte de un intento del presidente francés de evitar que Francia pierda influencia en África, especialmente en un momento en el que su posición en el continente está cada vez más en entredicho. «Es hora de que en el siglo XXI se aboliera el colonialismo y su variante neocolonial», aseveró la activista, añadiendo que el respaldo al plan marroquí forma parte de una estrategia más amplia de preservación de intereses comerciales y geopolíticos en la región.
Beneficios Empresariales y Explotación de Recursos
Una de las principales críticas de Decaster se centra en los beneficios económicos que las empresas francesas esperan obtener del mercado marroquí y de los recursos naturales del Sáhara Occidental, particularmente los minerales aún sin explotar. Según la secretaria de la AFASPA, el empresariado francés está «de fiesta» ante las oportunidades comerciales que representa este territorio en disputa. Asimismo, señaló que desde 1991, tras el alto el fuego entre Marruecos y el Frente Polisario, Marruecos ha mantenido el control sobre las riquezas del subsuelo y del océano saharaui, lo que ha servido de motivación para prolongar la ocupación.
Además, Decaster criticó que, a pesar de la ocupación y explotación de recursos, la misión de la ONU (MINURSO), encargada de organizar un referéndum sobre la autodeterminación del Sáhara Occidental, sigue sin incluir en sus funciones la supervisión de los derechos humanos. La activista destacó que Francia ha sido uno de los principales apoyos de Marruecos en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para evitar que se amplíen las competencias de dicha misión.
Un Pasado de Intervenciones Militares
Michèle Decaster no se limitó a las críticas sobre la actualidad política, sino que hizo un recorrido histórico sobre la implicación de Francia en el conflicto del Sáhara Occidental. Recordó cómo Francia ha intervenido militarmente contra el pueblo saharaui en varias ocasiones, desde la destrucción de la ciudad de Smara en 1912, hasta las operaciones militares conjuntas con España en los años 50 y 70.
Particularmente, señaló el papel de los asesores militares franceses en la construcción del muro de defensa marroquí de 2.700 kilómetros, plagado de minas, que divide el Sáhara Occidental de norte a sur. Para Decaster, este muro es un recordatorio visible de la ocupación ilegal y el sufrimiento del pueblo saharaui, que sigue luchando por su derecho a la autodeterminación.
Expulsión de Observadores y Periodistas
Finalmente, la secretaria general de la AFASPA denunció la creciente represión y el control estricto por parte de Marruecos en el Sáhara Occidental, que incluye la prohibición de entrada de observadores internacionales y periodistas extranjeros. Desde enero de 2014, según Decaster, un total de 296 personas de 21 países han sido expulsadas del territorio por las autoridades marroquíes, en un intento de silenciar cualquier voz que pudiera denunciar la situación en la región.
Las palabras de Michèle Decaster ponen de relieve las tensiones internacionales y las implicaciones económicas y políticas del conflicto del Sáhara Occidental. A medida que Marruecos sigue recibiendo el apoyo de Francia y otros actores internacionales, la lucha del pueblo saharaui por su autodeterminación enfrenta mayores desafíos. Para la activista, la postura de Macron refleja no sólo una continuidad de las políticas coloniales de Francia, sino también una clara sumisión a los intereses empresariales, dejando de lado los principios de justicia y derechos humanos.