NUEVA YORK (Naciones Unidas) – Antonio Guterres, secretario general de la ONU, calificó como «más urgente que nunca» alcanzar una solución política justa y duradera que permita la autodeterminación del pueblo del Sáhara Occidental. Esta declaración forma parte de un informe presentado a los miembros del Consejo de Seguridad, en el que también recomendó prorrogar por un año el mandato de la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental (MINURSO), extendiéndolo hasta el 31 de octubre de 2025.
El conflicto en el Sáhara Occidental, que ha perdurado casi medio siglo, continúa siendo uno de los temas más complejos dentro de la agenda internacional. En su informe, Guterres subrayó la importancia de que todas las partes involucradas «se movilicen de buena fe y demuestren una mentalidad abierta», evitando poner condiciones previas que bloqueen el progreso en las negociaciones. Esta afirmación está en línea con las resoluciones del Consejo de Seguridad, incluidas las resoluciones 2440 (2018), 2468 (2019), 2494 (2019), 2548 (2020), 2602 (2021), 2654 (2022) y 2703 (2023), que establecen un marco para la resolución del conflicto.
La importancia de una solución política y el papel de MINURSO
El mandato de la MINURSO, establecido en 1991, tiene como objetivo supervisar el cese de hostilidades entre Marruecos y el Frente Polisario, además de facilitar un referéndum que permita a los saharauis decidir sobre su autodeterminación. Sin embargo, el referéndum sigue sin realizarse, y el alto el fuego se encuentra en un estado crítico, con ambas partes retomando hostilidades en los últimos años.
Guterres expresó su preocupación por el deterioro de la situación sobre el terreno, calificándola de «alarmante e insostenible». Según el secretario general, la falta de un alto el fuego efectivo es «un obstáculo importante para la búsqueda de una solución política» y representa un riesgo para la estabilidad regional, ya que podría provocar una escalada en el conflicto.
En este sentido, Guterres hizo un llamado a todas las partes, en particular a Marruecos, para que cesen inmediatamente las hostilidades y se restablezca un alto el fuego pleno. Asimismo, instó a Marruecos a que «se abstenga de construir nuevas infraestructuras militares al oeste del muro de arena» y de llevar a cabo actividades militares que puedan afectar a la población civil o interferir con las operaciones de la MINURSO en la región.
Derechos humanos en el Sáhara Occidental: una preocupación creciente
Uno de los aspectos más críticos del informe de Guterres es la situación de los derechos humanos en el Sáhara Occidental. El secretario general expresó su «preocupación» por la falta de acceso de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) al territorio. Durante nueve años consecutivos, el ACNUDH no ha podido visitar la región, a pesar de las solicitudes oficiales y el aliento del Consejo de Seguridad a facilitar dichas visitas.
«La falta de acceso a información de primera mano y la ausencia de un seguimiento independiente, imparcial y regular sobre la situación de los derechos humanos impide una evaluación completa y veraz», indicó Guterres en su informe. Además, denunció informes de «restricciones, intimidación y acoso» contra activistas saharauis que defienden el derecho a la autodeterminación.
Entre los casos destacados, Guterres mencionó la situación de un periodista y un defensor de derechos humanos saharaui, ambos víctimas de represalias por su activismo. Estas circunstancias han generado preocupación sobre la libertad de expresión y asociación en la región, y pueden disuadir a abogados y activistas de defender libremente sus derechos, especialmente en casos sensibles de índole política.
Asimismo, Guterres expresó su inquietud por las «deplorables» condiciones de detención de los prisioneros saharauis, en particular los miembros del grupo Gdeim Izik, que siguen dispersos en prisiones fuera del Sáhara Occidental, cumpliendo largas penas de prisión. Según el Grupo de trabajo sobre las detenciones arbitrarias, la detención de 18 miembros de este grupo constituye una «detención arbitraria». En su informe, Guterres instó a su liberación inmediata y al otorgamiento de reparaciones e indemnizaciones adecuadas para estos detenidos.
Un llamado a la comunidad internacional
Guterres subrayó que una «fuerte voluntad política» y el «apoyo continuo de la comunidad internacional» son esenciales para avanzar hacia una resolución del conflicto. También señaló que su enviado personal sigue trabajando para facilitar el diálogo entre las partes, y que existe una oportunidad para retomar las negociaciones si todos los interesados demuestran disposición para ello.
El informe concluye con un mensaje claro: es imperativo que la comunidad internacional redoble sus esfuerzos para evitar una escalada del conflicto y garantizar que el pueblo del Sáhara Occidental pueda ejercer su derecho a la autodeterminación en condiciones justas y libres. El futuro de la MINURSO y el proceso de paz en la región dependerán, en gran medida, de la capacidad del Consejo de Seguridad para mantener la misión y alentar a las partes a comprometerse con una solución política sostenible.