RABAT – La política exterior de Marruecos vuelve a estar en el centro de una controversia internacional, con acusaciones de chantaje diplomático y maniobras coercitivas para obtener el reconocimiento de su soberanía sobre el Sáhara Occidental. Rabat ha intensificado su presión sobre países europeos, exigiendo apoyo explícito a sus reclamos sobre el territorio saharaui, a cambio de la apertura de fronteras aduaneras con los enclaves españoles de Ceuta y Melilla.
La negativa de Marruecos a abrir las aduanas con Ceuta y Melilla se enmarca en una serie de tácticas que, según analistas y diplomáticos, buscan forzar a la Unión Europea (UE) a alinearse con sus intereses en la región. El trasfondo de esta postura radica en una reciente decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), que el pasado 4 de octubre anuló acuerdos comerciales en materia de agricultura y pesca entre la UE y Marruecos, al considerar que estos fueron firmados sin el consentimiento del pueblo saharaui.
La Respuesta de Marruecos: Tácticas Dilatorias y Chantaje Diplomático
Marruecos no prevé la apertura de fronteras aduaneras en Ceuta y Melilla en el corto o mediano plazo, aduciendo «complejidades técnicas» que estarían obstaculizando el inicio de estos proyectos. Sin embargo, fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores de España han sugerido que esta postura es una respuesta directa a la decisión del TJUE, que ha sentado un precedente importante para la autodeterminación del pueblo saharaui.
El TJUE, en su fallo, determinó que los acuerdos entre la UE y Marruecos violan principios internacionales al aplicarse en el Sáhara Occidental sin el consentimiento de sus habitantes, un territorio que la ONU clasifica como «no autónomo». Este fallo reitera la legitimidad del Frente Polisario como el representante único del pueblo saharaui y subraya la importancia del consentimiento de dicho pueblo en cualquier acuerdo que se pretenda aplicar en su territorio.
Para Marruecos, la anulación de estos acuerdos representa un golpe significativo, y fuentes cercanas al gobierno español indican que el descontento de Rabat por el fallo del TJUE es un factor clave en su decisión de mantener cerradas las fronteras aduaneras de Ceuta y Melilla.
Estrategias de Presión y Manejo de la Migración Irregular
El «chantaje» y la manipulación de la inmigración se han convertido en herramientas recurrentes de la política exterior marroquí. En varias ocasiones, el Majzen —como se le llama al aparato de poder del reino— ha aprovechado la migración irregular como una carta de negociación frente a España y la UE. Este escenario fue particularmente evidente en septiembre pasado, cuando miles de marroquíes se agolparon en la frontera de Fnideq, en un intento masivo de cruzar a territorio español.
El modus operandi de Marruecos en este ámbito plantea interrogantes sobre la legalidad y moralidad de sus tácticas. Mientras algunos migrantes buscan oportunidades, el Majzen parece utilizar sus aspiraciones como una estrategia para fortalecer su posición en las disputas territoriales, presionando al gobierno español y a la UE para que cedan a sus demandas.
Espionaje y Acusaciones de Chantaje como Herramientas de Política Exterior
A lo largo de los últimos años, Marruecos ha sido objeto de múltiples acusaciones de utilizar tácticas de espionaje y chantaje para presionar a otros gobiernos. Entre estas acusaciones destaca el supuesto uso del software espía «Pegasus», desarrollado por la compañía israelí NSO Group, en lo que se ha descrito como una campaña masiva de vigilancia a personalidades y líderes europeos, quienes podrían haber sido objeto de espionaje para obtener información sensible.
Además de la manipulación de la migración y el espionaje, Rabat también ha sido acusada de emplear la corrupción y otras tácticas coercitivas en su intento de obtener el reconocimiento internacional de su supuesta soberanía sobre el Sáhara Occidental, un territorio que, conforme a la Resolución 1514 de la ONU de 1960, continúa bajo un proceso de descolonización.
El Papel de la Comunidad Internacional y el Futuro de las Negociaciones
La presión ejercida por Marruecos sobre la UE y España ha puesto de relieve la compleja relación entre intereses diplomáticos y los principios del derecho internacional. La decisión del TJUE de octubre representa un respaldo a los derechos del pueblo saharaui y reafirma los principios de autodeterminación y efecto relativo de los tratados, principios que exigen que los acuerdos comerciales sean legítimos solo si las poblaciones afectadas los consienten.
Organismos internacionales y asociaciones de derechos humanos han hecho un llamado a la comunidad internacional para que no ceda a las presiones y chantajes de Marruecos. A medida que la situación se prolonga, surgen crecientes dudas sobre las tácticas del Majzen y el uso de la migración y el espionaje como moneda de cambio en la política exterior.
Mientras tanto, los enclaves de Ceuta y Melilla siguen siendo escenario de tensiones que reflejan las complejas dinámicas de poder entre Europa y Marruecos. Aunque el futuro de estas negociaciones es incierto, el enfoque de la UE parece inclinarse cada vez más hacia el respeto de los principios internacionales y la salvaguardia de los derechos del pueblo saharaui.