El regreso de Luiz Inácio Lula da Silva a la presidencia de Brasil en 2023 marcó una reorientación de la política exterior del país. Su administración busca reafirmar a Brasil como un líder mundial comprometido con el multilateralismo, los derechos humanos y el desarrollo sostenible. Sin embargo, los crecientes vínculos comerciales y de defensa entre Brasil y Marruecos plantean cuestiones cruciales sobre la coherencia de esta política exterior y su alineación con los principios constitucionales de Brasil, especialmente en relación con el conflicto del Sáhara Occidental.
Relaciones Brasil-Marruecos: una asociación en crecimiento
Marruecos se ha convertido en un socio clave de Brasil en varios sectores, alcanzando el comercio bilateral niveles significativos. Las relaciones económicas se han centrado principalmente en los sectores de agricultura y fertilizantes, con Brasil importando grandes cantidades de fosfatos y fertilizantes de Marruecos, cuya procedencia es en su mayoría del Sáhara Occidental ocupado, constituyendo un saqueo ilícito de recursos naturales cruciales para su agroindustria. Por otro lado, Brasil exporta a Marruecos productos agrícolas como soya, maíz y azúcar.
Además del comercio, el sector de defensa también ha experimentado una creciente cooperación. Los acuerdos entre ambos países incluyen transferencias de tecnología militar, programas conjuntos de formación y ventas de equipos de defensa. Marruecos, enfrentado a críticas internacionales por su ocupación del Sáhara Occidental, busca fortalecer sus capacidades militares para mantener el control del territorio y reprimir el movimiento independentista liderado por el Frente Polisario.
El conflicto del Sáhara Occidental y las ambiciones militares de Marruecos
El Sáhara Occidental ha sido clasificado como territorio no autónomo por las Naciones Unidas desde el proceso de descolonización español en 1975. La ocupación del territorio por Marruecos tras la Marcha Verde ha sido ampliamente condenada como una violación del derecho internacional y del derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación. La situación ha derivado en un conflicto prolongado entre Marruecos y el Frente Polisario, con escaladas periódicas desde la ruptura del alto el fuego en 2020.
Los acuerdos militares con países como Brasil refuerzan indirectamente la capacidad de Marruecos para mantener su ocupación del Sáhara Occidental. Esto plantea preocupaciones éticas, ya que el fortalecimiento del ejército marroquí podría ser utilizado no solo para la defensa nacional, sino también para reprimir al pueblo saharaui y escalar el conflicto en la región. Entre las armas y tecnologías utilizadas por Marruecos contra la población civil saharaui se encuentran drones, que han costado numerosas vidas y dificultado el pastoreo en los territorios liberados, una de las pocas fuentes de sustento de los saharauis, según el informe del SMACO (ver informe completo).
Las contradicciones constitucionales de Brasil
La Constitución brasileña establece explícitamente principios que guían sus relaciones internacionales, muchos de los cuales parecen contradecirse con el fortalecimiento de los vínculos con Marruecos:
- Autodeterminación de los pueblos (Art. 4, III): Al apoyar a Marruecos mediante acuerdos militares, Brasil corre el riesgo de socavar el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación, afirmado en resoluciones internacionales.
- Prevalencia de los derechos humanos (Art. 4, II): La población saharaui enfrenta violaciones sistemáticas de derechos humanos, incluyendo desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias y restricciones a la libertad de expresión bajo el control marroquí. El fortalecimiento del ejército marroquí contribuye indirectamente a perpetuar esta represión.
- Defensa de la paz y no intervención (Art. 4, VI y IV): La implicación de Brasil en el sector de defensa, incluso de forma indirecta, facilita la ocupación militar de Marruecos y el conflicto en curso en el Sáhara Occidental, contradiciendo el compromiso de Brasil con la paz y la no intervención.
- Igualdad entre los Estados (Art. 4, V): El apoyo de Brasil a las fuerzas armadas marroquíes podría interpretarse como una aprobación tácita del trato desigual de Marruecos hacia la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), miembro de la Unión Africana y reconocida por numerosos países.
Decisión reciente del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE)
El 4 de octubre de 2023, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea reforzó un precedente importante al dictaminar que los acuerdos comerciales entre la Unión Europea y Marruecos no pueden incluir el territorio del Sáhara Occidental sin el consentimiento expreso del pueblo saharaui, representado por el Frente Polisario. Esta decisión reafirma el estatus jurídico separado y distinto del Sáhara Occidental respecto a Marruecos, reconociendo que la explotación de recursos naturales del territorio ocupado sin autorización constituye una violación del derecho internacional.
Aunque Brasil no está sujeto a la jurisdicción europea, la decisión del TJUE ofrece un ejemplo claro de cómo respetar los derechos de las poblaciones de territorios no autónomos y puede servir como referencia para revisar sus relaciones comerciales con Marruecos. Al continuar importando productos originarios del Sáhara Occidental, Brasil podría estar contribuyendo a perpetuar la explotación ilegal de recursos, violando el principio constitucional de autodeterminación de los pueblos.
Intereses estratégicos vs. valores constitucionales
La colaboración creciente entre Brasil y Marruecos refleja los intereses estratégicos de Brasil en asegurar recursos para su sector agrícola y expandir el mercado de exportación de su industria de defensa. Sin embargo, este enfoque pragmático se realiza en detrimento del respeto por los principios constitucionales de Brasil.
Implicaciones para la posición global de Brasil
Las acciones de Brasil en este contexto podrían erosionar su credibilidad como defensor del derecho internacional y los derechos humanos. Además, exponen una incoherencia entre su compromiso declarado con el multilateralismo y los derechos humanos, y sus acciones que apoyan indirectamente la ocupación del Sáhara Occidental por Marruecos.
Recomendaciones para una política exterior coherente
Para alinear su política exterior con sus principios constitucionales, Brasil debe:
- Reevaluar los acuerdos de defensa: Asegurar que cualquier cooperación militar con Marruecos excluya tecnologías o recursos que puedan ser utilizados en la ocupación del Sáhara Occidental.
- Defender la autodeterminación saharaui: Utilizar su influencia diplomática para apoyar los esfuerzos de la ONU por organizar un referéndum de autodeterminación en el Sáhara Occidental.
- Promover los derechos humanos en las relaciones bilaterales: Establecer mecanismos para abordar preocupaciones de derechos humanos en todos los acuerdos bilaterales, especialmente con países implicados en conflictos territoriales u ocupaciones.
- Aumentar la transparencia: Involucrar a la sociedad civil y a organizaciones internacionales en el monitoreo de las acciones de política exterior de Brasil para garantizar su alineación con normas éticas y constitucionales.
Conclusión
El compromiso actual de Brasil con Marruecos, especialmente en el sector de defensa, evidencia una preocupante contradicción entre sus principios constitucionales y sus prácticas de política exterior. Aunque los intereses económicos y estratégicos son cruciales, no deben comprometer el derecho internacional, los derechos humanos ni la promoción de la paz. Es esencial un reajuste en la estrategia de Brasil hacia Marruecos y el Sáhara Occidental para preservar su credibilidad como defensor global de la justicia y la igualdad.