El Aaiún, Sáhara Occidental – 2 de mayo de 2025 .- Dos periodistas italianos que intentaban entrar en el Sáhara Occidental para documentar la situación de derechos humanos fueron impedidos de ingresar y expulsados de Marruecos el 27 de abril. Organizaciones de prensa y derechos humanos denuncian este hecho como parte de una política sistemática de bloqueo informativo por parte del régimen marroquí en el territorio ocupado.
Los periodistas Matteo Garavoglia y Giovanni Colmoni fueron interceptados por las autoridades marroquíes tras su llegada, interrogados y expulsados sin base legal. Aunque Rabat alega falta de acreditación oficial, diversos observadores internacionales subrayan que esta práctica se repite desde hace décadas para evitar cualquier observación independiente de los crímenes coloniales cometidos en el Sáhara Occidental.
El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) condenó enérgicamente el hecho, calificándolo como parte del “bloqueo represivo de medios” en la región. “Las autoridades deben permitir la cobertura independiente en un territorio donde la transparencia ya es prácticamente nula”, declaró la directora regional Sara Qudah.
Lejos de ser un caso aislado, se trata de uno entre cientos de incidentes similares registrados en las últimas décadas. Activistas, parlamentarios, juristas y observadores de todo el mundo han sido rechazados por Marruecos al intentar visitar el territorio ocupado, lo que refleja una clara estrategia para ocultar la represión sistemática contra la población saharaui.
Desde 1975, Marruecos mantiene una ocupación ilegal del Sáhara Occidental, violando resoluciones de la ONU. En las zonas ocupadas, la libertad de prensa, expresión y asociación es inexistente. Periodistas saharauis y defensores de derechos humanos enfrentan detenciones arbitrarias, tortura y condenas sin garantías legales.
La expulsión de los periodistas italianos confirma el cerco informativo impuesto por Marruecos, que busca garantizar la impunidad ante graves violaciones como la explotación ilegal de recursos, el desplazamiento forzado y la represión violenta.
¿Qué pretende ocultar Marruecos? ¿Y hasta cuándo permitirá la comunidad internacional este silencio?
