“Deja de decir que eres un preso político”: la guerra de Marruecos contra la verdad entre los muros de la prisión

Prisión Tiflet 2, Marruecos – Mayo 2025

El 5 de mayo de 2025, Sidi Abdallah Abbahah — uno de los presos políticos del grupo Gdeim Izik — cumplió siete años en régimen de aislamiento en la prisión de Tiflet 2. Detenido en 2010 y condenado a cadena perpetua en un juicio ampliamente condenado por carecer de las garantías legales más básicas, Abbahah permanece encarcelado, no solo físicamente, sino también simbólicamente: aislado incluso de su propia identidad.

Esta semana, tras entregar una notificación escrita de su intención de iniciar un nuevo ayuno de protesta — un derecho reconocido por el reglamento penitenciario — le fue denegado. Durante los dos días siguientes, una serie de funcionarios penitenciarios entraron en su celda, uno tras otro, repitiendo el mismo mensaje de acoso: “Deja de decir que eres un preso político. No eres más que un preso común condenado por delitos comunes.”

Esto no es simple hostigamiento psicológico. Es un acto político del Estado marroquí para borrar la existencia de los presos políticos saharauis y criminalizar la lucha legítima por la autodeterminación. Negar el carácter político de su encarcelamiento es negar la causa misma.

Sidi Abdallah Abbahah ha pasado años en aislamiento prolongado, una condición que las Naciones Unidas consideran una forma de tortura. Ha sufrido negligencia médica, malos tratos y ha realizado múltiples huelgas de hambre, intentando desesperadamente recuperar su voz y dignidad bajo condiciones inhumanas.

Su caso fue presentado ante el Comité contra la Tortura de la ONU, que emitió medidas provisionales y posteriormente una decisión final confirmando que fue víctima de tortura. Marruecos se ha negado a cumplir con las recomendaciones del Comité.

Además, su detención fue declarada arbitraria por el Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria de la ONU, que concluyó que su encarcelamiento viola normas fundamentales de debido proceso.

Hasta la fecha, su abogada, Maître Olfa Ouled, tiene prohibido contactarlo en cualquier forma, un bloqueo absoluto de su derecho a la defensa y una muestra más del aislamiento sistemático al que está sometido.

En lugar de acatar las decisiones internacionales, las autoridades marroquíes continúan una campaña de represalia institucionalizada. Al negarle el derecho a protestar, impedir el contacto legal y forzarlo a renunciar a su identidad política, Marruecos no solo desafía a los órganos de derechos humanos — atenta contra la dignidad humana misma.

La comunidad internacional, los defensores de derechos humanos y los medios no pueden permanecer en silencio. El precio del silencio es la desaparición forzada de presos como Sidi Abdallah Abbahah, cuyo único «delito» fue luchar por la libertad del pueblo saharaui.

POR UN SAHARA LIBRE .org - PUSL
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