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PUSL.- Puede pensar que este título es sensacionalista y que escapa a la verdad, pero desgraciadamente no es así.
La Unión Europea ha aprobado un presupuesto de 500 millones de euros a Marruecos para “reforzar la frontera sur”. Esto ocurre apenas unas semanas después de otra masacre de migrantes en Melilla por parte de las autoridades marroquíes, que fue protestada por múltiples ONG de derechos humanos, entre ellas Amnistía Internacional y Human Rights Watch. Las imágenes que conmocionaron al mundo recordaban a los cadáveres apilados de un campo de concentración nazi o a un mercado de esclavos del siglo XVI.
Nada nuevo, ya que el régimen marroquí, conocido por sus prácticas medievales de represión no sólo contra los migrantes, sino que contra sus propios ciudadanos y también contra la población saharaui cuyo territorio ocupa en parte manteniendo con tácticas salvajes y bárbaras en violación del derecho internacional y de todas las resoluciones de las Naciones Unidas.
Según la prensa española, esta suma de 500 millones de euros, dividida en 5 años, está destinada a reforzar el “escudo de las fronteras” durante cinco años. Este refuerzo, sin embargo, no es sólo monetario y se suma al acuerdo del gobierno español PSOE-UP con el régimen marroquí para desempeñar el papel de policía en la “frontera sur”. La actuación del gobierno marroquí en su papel de “policía de fronteras” se limita a la matanza de miles de migrantes en las últimas décadas, como también se ha demostrado una vez más con los últimos asesinatos de migrantes subsaharianos en Melilla. Además de estas políticas e incentivos financieros para la represión en la frontera, se han aplicado leyes de inmigración racistas con la presencia del ejército español en Ceuta y Melilla.
Marruecos recibe así una cantidad que supone un aumento de 157 millones de euros, casi un 50% más que en el último periodo. El objetivo de este aumento masivo del presupuesto es cubrir políticas que van desde la devolución forzosa de los migrantes que intentan llegar a Europa hasta los refuerzos policiales en la frontera.
Esto tras la llegada del mayor número de migrantes a Lanzarote el pasado 12 de agosto.
Traducido para que todos lo entiendan: cada migrante que los marroquíes dejan “pasar” y luego “cazan” y recuperan es una fuente de ingresos, los “cazadores” cobran por cabeza. Marruecos recibe dinero por no dejarles pasar, les amenaza y utiliza el arma de la emigración como medio de chantaje, y cuando no consigue lo que quiere, deja pasar a los emigrantes, que luego recoge para volver a recibir financiación.
La UE hace hincapié en los llamados “proyectos de integración y protección de los refugiados”, lo cual es una absoluta mentira y cualquiera puede ver a los miles de migrantes que están en las montañas o en los barrios marginales de Marruecos, víctimas de todo tipo de explotación y a la espera de que las autoridades marroquíes les digan que “salten la zanja” o que se metan en embarcaciones precarias. Ni el “salto de zanja” ni la salida de los barcos son posibles sin la “autorización” y la “complicidad” de las autoridades marroquíes. No se trata de una corrupción individual, sino de una política de Estado y de un sistema endémico continuamente fomentado y pagado por la UE y la OTAN.
Este aumento del presupuesto es un reflejo más de la aplicación de la política decidida en la cumbre de Madrid, impuesta por la OTAN, por lo que la “coordinación europea” sigue la voluntad de los países occidentales y se sirve de los países fronterizos para dar una mayor demostración de fuerza que hasta ahora.
Marruecos, con la capacidad de dejar entrar o detener a los migrantes, está utilizando las vidas de seres humanos en riesgo para su propio beneficio político y castigando a los que se ven obligados a huir de sus países debido a la expolio y la devastación que dejan los países occidentales en África.
El Reino de Marruecos, que produce poco o nada, excepto cannabis, y roba los recursos naturales del Sahara Occidental, ha conseguido mediante la explotación de los migrantes chantajear a Europa a su antojo y recibir millones que se reinvierten en los mismos delitos.
Un círculo vicioso interminable que sigue y sigue por la transferencia de enormes sumas de dinero y sin ningún tipo de supervisión por parte de la UE.
La Unión Europea, es decir, nosotros, los ciudadanos contribuyentes, financiamos la marginación y el asesinato sistemático de migrantes en la frontera y la brutal ocupación del Sáhara Occidental. Yo, tú, nuestros vecinos, todos somos culpables por nuestro silencio cómplice. Hoy, como en el pasado, el silencio y la vieja frase “no podemos hacer nada” conducen a la matanza, la mutilación y la explotación de los seres humanos.
Enviar latas de sardinas y kilos de arroz no es una solución. El envío de ropa usada no es una solución. Hay que poner fin a las políticas de asesinato financiadas por la UE, que asume así el papel de jefe de una banda de asesinos, siendo Marruecos el brazo armado, el Sicario de la UE.
Hay que acabar con la financiación y el armamento de Marruecos para colonizar el Sáhara Occidental.
La agresión expansionista de Marruecos debe detenerse.