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Fuente: Equipe Media
La visita Brahim Ghali -presidente de la RASD, secretario general del Frente Polisario y Comandante Supremo del Ejército Popular de Liberación Saharaui- realizada a todas las regiones militares y culminada en la región Guergarat, levantó mucho el ánimo y la autoconfianza entre las masas del pueblo saharaui.
El presidente se reunió con los combatientes de la primera región militar, que se encuentran en Guergarat cara a cara con el ejército de ocupación, y dio órdenes para construir puestos de seguridad y puntos de inspección y vigilancia, emitiendo asimismo un mensaje a nuestro pueblo, al enemigo y al mundo en general, dejando en claro que la batalla no ha terminado aún y no terminará, a menos que se complete la liberación del Sahara Occidental de las garras de la ocupación marroquí.
El ex prisionero de guerra y ex preso político saharaui Sidi Mohamed Dadach, dijo a Equipe Media sobre la gira de Brahim Gali: “no deseo que estalle de nuevo una guerra porque las consecuencias serían demasiado costosas para los pueblos de la región; exijo a Francia, España y los Estados del Golfo que presionen a su aliado, Marruecos, para evitar la destrucción y la devastación que resultarían del continuo desprecio y desdén de Marruecos a las decisiones de la legalidad internacional”.
Dadach -quien pasó más de 23 años en prisiones marroquíes- añadió que las declaraciones de Ghali “son objetivas, ya que es un análisis concreto de los hechos: los datos indican que las actuales circunstancias favorecen al ejército saharaui más que antes, cuando no tenía formación militar ni suficiente equipamiento y combatía en el frente norte y en el frente sur, contando con un tercero que proporcionaba protección y seguridad a los civiles que huían de la opresión de los invasores”, agregando que “en la actualidad tenemos un ejército profesional con la convicción de la inevitabilidad de la liberación”.
Por su parte, el ex preso político y vicepresidente de Codapso (Comité de Defensa del Derecho de Autodeterminación del Pueblo del Sáhara Occidental), Hmad Hammad, explicó a Equipe Media que “la visita del presidente saharaui es una reacción natural a las provocaciones marroquíes”, haciendo hincapié en que “el Polisario ha extendido su mano en son de paz pero Marruecos continua su guerra y la agresión contra los saharauis a través de la represión, asesinatos, secuestros y detenciones, inundando la región con hachís (cannabis) y ejerciendo todas las formas de vulneración del derecho internacional.
El activista de derechos humanos, como muchos saharauis no desea volver a la guerra pero destacó que “las violaciones y las injusticias impuestas por la ocupación contra nuestro pueblo provocan a un guerra”, al tiempo que sostuvo que “las declaraciones del presidente son profundas y reflejan la decepción del pueblo saharaui en su esperanza de diálogo”.
Hammad destacó a Equipe Media que “están sonando los tambores de guerra y la independencia esta más cerca que nunca, debido al creciente aislamiento del régimen marroquí”, considerando también que “una nueva guerra será el último clavo en el ataúd de la ocupación”.
En un sentido similar, el activista y escritor saharaui Moulay Hassan Douihi sostuvo que las últimas declaraciones del presidente implican una escalada en su discurso, como consecuencia de los últimos avances de la causa” y manifestó optimismo respecto de las próximas semanas, en las que cree que se producirán “noticias agradables para pueblo saharaui”.
Douihi señaló a Equipe Media que las declaraciones del presidente no se originaron en el vacío sino que provienen de percepciones basadas en datos precisos que confirman el involucramiento del pueblo saharaui en los últimos hechos.
El presidente saharaui dijo en su reunión con los combatientes de la primera región militar que es fundamental la promesa de lealtad y el legado de la sangre de los mártires que han caído en defensa de la patria y que sus descendientes tienen la voluntad, la herencia y la formación que permitirán lograr victorias ante cualquier locura marroquí.
El presidente de la RASD expresó también su deseo de que el futuro próximo conlleve victorias políticas y diplomáticas que obliguen al enemigo y sus aliados a cambiar sus posiciones intransigentes frente a los esfuerzos internacionales para lograr la paz en la región.