Moscú
El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, reafirmó que la posición de su país respecto al Sáhara Occidental se fundamenta en las resoluciones de la ONU y del Consejo de Seguridad, que establecen que la solución del conflicto debe lograrse mediante el principio de autodeterminación del pueblo saharaui.
Postura coherente y de larga data
Durante una comparecencia en Moscú, Lavrov respondió a una pregunta sobre la situación en Palestina y en el Sáhara Occidental, subrayando que Rusia mantiene una postura unificada hacia todos los conflictos de naturaleza similar, en los que la autodeterminación de los pueblos es un principio esencial.
“El caso del Sáhara Occidental lleva casi cincuenta años en la agenda de las Naciones Unidas”, recordó el ministro, destacando que las resoluciones del Consejo de Seguridad son claras: la solución pasa por el derecho del pueblo saharaui a decidir su futuro.
Sobre la posición de Estados Unidos
Lavrov hizo referencia también a la decisión adoptada durante la presidencia de Donald Trump, cuando Washington reconoció la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental. En este sentido, el jefe de la diplomacia rusa afirmó que Rusia no considera el caso cerrado y que solo podrá alcanzarse una solución legítima cuando todas las partes implicadas logren un acuerdo basado en un equilibrio justo de intereses.
Compromiso con la legalidad internacional
El ministro ruso subrayó que las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU siguen siendo la única base válida para resolver el conflicto, aunque señaló que Moscú estaría dispuesto a discutir una nueva resolución, siempre que se fundamente en los mismos principios y sea aceptable para todas las partes interesadas.
“El derecho internacional y la autodeterminación siguen siendo el núcleo del proceso, y cualquier solución que los ignore carecerá de legitimidad”, concluyó.






