
El Festival Internacional de Cine del Sáhara Occidental, FiSahara, ha concluido con un fuerte mensaje de solidaridad hacia Palestina, destacando la resistencia ante la opresión. La ceremonia de premios, celebrada en los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf (Argelia), vio cómo la película palestina «200 metros» se alzaba con la ‘Camella Blanca’, el máximo galardón del festival.
La obra, dirigida por Ameen Nayfeh y producida por Ahmad Al-Bazz, aborda las dificultades generadas por el muro israelí en Cisjordania y la continua opresión del pueblo palestino. En un emotivo momento, Al-Bazz recibió el premio, expresando su orgullo por ser reconocido en un festival como FiSahara y comprometiéndose a seguir utilizando el cine como herramienta de transformación.
El jurado, al premiar «200 metros», subrayó la solidaridad entre las causas saharaui y palestina, ambas enfrentando la violación de la legalidad internacional por parte de potencias invasoras.
Otros reconocimientos importantes incluyeron el segundo premio para «Insumisas», un documental que expone las atrocidades contra mujeres activistas en los Territorios Ocupados, dirigido por Laura Dauden y Miguel Ángel Herrera. La clausura del evento contó con la presencia destacada del presidente de la República Árabe Saharaui Democrática, Brahim Ghali, y del primer ministro Bucharaya Beyun.
Además, el festival rindió homenaje a figuras inspiradoras como Francia Márquez, vicepresidenta de Colombia, cuya vida de superación y resistencia fue retratada en la película «Igualada» de Juan Mejía Botero. Soraya Bayuelo, defensora de la paz y fundadora del Festival Audiovisual Montes de María en Colombia, recibió el premio en nombre de Márquez.
El compromiso con los derechos humanos se hizo evidente con el Premio de Derechos Humanos Eduardo Galeano, otorgado al Colectivo de Activistas Defensores de los Derechos Humanos en Territorios Ocupados. La gala culminó con un emotivo concierto a cargo de Pedro Pastor y Álvaro Navarro, resaltando el papel del cine como arma contra la opresión.
En una declaración conjunta, defensores de los derechos humanos de diversas partes del mundo expresaron su solidaridad con el pueblo saharaui. María Carrión, directora ejecutiva del festival, y Ahmed Mahamud Mami, responsable saharaui de Cine y Teatro en el ministerio de Cultura, subrayaron la importancia del evento, que tras 20 años continúa su labor en medio de conflictos y adversidades, demostrando que el cine puede ser un poderoso instrumento de cambio.





